Un alto funcionario de Naciones Unidas para la lucha contra el ébola solo encontró tres pacientes en un centro de tratamiento que visitó esta semana en Sierra Leona. Las familias en Liberia ya no tienen que cremar los restos de sus seres queridos para contener la propagación de la enfermedad mortífera.
En las calles de la capital de Guinea es difícil encontrar los baldes de plástico que contenían desinfectante y agua para lavarse las manos.
Diez meses después que las autoridades de la salud advirtieron que enfrentaban un brote sin precedente de ébola en África Occidental, los expertos y funcionarios coinciden en que la tendencia se está revirtiendo, aunque otras pausas anteriormente no se han mantenido.
Todavía no hay vacuna ni tratamiento aprobado, ni está claro si la comunidad internacional ha aprendido la lección de una epidemia que mató a por lo menos 8.675 personas.
«La situación ha mejorado drásticamente, nadie puede negarlo», afirmó Aitor Sánchez Lacomba, director en Liberia del Comité Internacional de Rescate.
DC | 2001