Los primeros resultados conocidos de la autopsia practicada a Alberto Nisman, el fiscal argentino que investigaba el atentado en 1994 en la sede porteña de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que murieron 85 personas, y que apareció muerto este domingo en su domicilio, revelan que Nisman falleció por un disparo en la sien. Así lo confirmó Viviana Fein, la fiscal a cargo de la investigación. En paralelo, el juez argentino Ariel Lijo ordenó medidas urgentes para preservar las pruebas que acumuló el fiscal contra la presidenta Cristina Fernández, a la que el funcionario acusó de “fabricar la inocencia” de los terroristas responsables del ataque.
La bala entró por el parietal derecho de Nisman, dos centímetros por encima de su oreja, y no llegó a salir de la cabeza. «El plomo que extrajeron los forenses de la cabeza de Nisman durante la autopsia se corresponde en un 99% al arma secuestrada en la escena del hecho», ha asegurado una fuente judicial a la agencia Télam.
La fiscal Fein trata ahora de determinar la propiedad de la pistola. De acuerdo con el Registro Nacional de Armas (Renar), Nisman tenía dos armas a su nombre, pero no se sabe si la hallada junto al cadáver es una de ellas. La prensa argentina informa de que Nisman habría pedido a un amigo suyo que le dejara esta pistola por cuestiones de seguridad. Fein ha llamado a declarar a este testigo para escuchar su relato en las próximas horas.
La Policía Federal analiza además el teléfono móvil del fiscal fallecido para conocer cuáles fueron sus últimas comunicaciones antes de morir.
Mientras los peritos trataban de arrojar la máxima información posible sobre las condiciones de su muerte, la presidenta Cristina Fernández imprimió un giro a la política de su Gobierno y autorizó levantar el secreto que pesa sobre la identidad de los cuatro espías que aparecen en las escuchas que realizó el fiscal Alberto Nisman en su denuncia contra Fernández por encubrimiento de terroristas.
El cadáver de Nisman fue encontrado en el baño de su casa de Buenos Aires. La puerta de la vivienda estaba cerrada con llave por dentro y los diarios del domingo estaban sin recoger. Nisman, de 51 años, tenía previsto comparecer este lunes ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados, a petición de varios grupos opositores, para exponer los términos de su denuncia contrala presidenta de Argentina y otros colaboradores. El fiscal había acusado el pasado miércoles a Cristina Fernández de “decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes en la causa Amia”, la investigación judicial sobre el atentado.
Alberto Nisman, divorciado y con dos hijas, fue designado por el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA. Era el fiscal especial de la causa Amia, ésa era su función exclusiva desde 2004. Y gozaba de excelente relación con el Gobierno. Hasta que Cristina Fernández firmó en enero de 2013 un acuerdo con Irán para aclarar el atentado de 1994. El acuerdo se gestó sin el conocimiento de Nisman. Y una vez hecho público, el fiscal siempre manifestó su oposición.
Nisman basó su denuncia contra Fernández, sobre todo, en escuchas telefónicas. Disponía de un informe de 300 páginas que no había hecho público porque ofrecía nombres de los servicios de inteligencia que debían mantenerse secretos. No obstante, en el resumen de su denuncia acusaba a la presidenta de crear una trama diplomática paralela para negociar con Irán impunidad a cambio de petróleo. El 5 de octubre de 2006 Nisman acusó formalmente a Irán de ser el autor intelectual del atentado y a la agrupación Hezbolá de ejecutarlo. Solicitó una orden de captura contra cinco iraníes y un libanés. La supuesta negociación entre Fernández e Irán se materializó, según Nisman, en el principio de acuerdo que firmaron Irán y Argentina en enero de 2013 y que aún no ha sido ratificado por Teherán.
Precisamente para proteger esas pruebas, el juez federal argentino Ariel Lijo dispuso hoy lunes medidas urgentes. Lijo, que interrumpió hoy sus vacaciones para hacerse cargo del caso, envió personal a la sede de la Unidad Fiscal de Investigaciones del atentado a la AMIA para «incautar y asegurar todos los discos compactos donde están grabadas las intervenciones telefónicas y toda la documentación detallada en la denuncia», indicó el Centro de Información Judicial (CIJ) en su página web. Lijo, el mismo juez que dirige la investigación sobre el vicepresidente, Amado Boudou, por un caso de corrupción, será quien determine en el futuro si Nisman disponía de suficientes pruebas como para interrogar a Cristina Fernández, tal como solicitó el fiscal.
DC | EP