La muerte de la OPEP, por Asnaldo Soto

Al momento de escribir estas líneas, el presidente venezolano Nicolás Maduro Moros realizaba una gira por algunos de los países de la OPEP con el propósito de recuperar los precios del petróleo. Estoy convencido de que el mandatario venezolano no leyó las declaraciones del ministro de Hidrocarburos de Arabia Saudita, Ali al-Naimi. Dicho funcionario Saudí señaló “que el petróleo nunca volverá a costar $100 el barril”. También me atrevo a creer que el señor Maduro y sus asesores desconocen el difícil mundo del petróleo con situaciones nuevas que apenas ayer no se previeron, y cuyos problemas nos afectan, porque la economía venezolana es mono-productora, mono-exportadora y dependiente de la actividad petrolera.

 

Cuando menciono las situaciones nuevas, me refiero a la emergencia ya declarada de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), cuyas economías se están desacelerando. Asimismo, el enfriamiento de la economía mundial, con la excepción de los Estados Unidos, que se traduce en una caída de la demanda de petróleo. Por otra parte, la sobre oferta de crudo por la “revolución del esquisto” en los Estados Unidos, que amenaza este mismo año 2015 con desplazar a Arabia Saudita y a Rusia como los principales productores de petróleo del mundo. Otra situación nueva por la cual los precios del crudo están cayendo es por la atenuación de los riesgos geopolíticos y, finalmente, el fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales.

 

La dependencia de la economía venezolana de la actividad petrolera significa que, por cada dólar que disminuye el precio del petróleo, la facturación petrolera cae aproximadamente más de 700 millones de dólares anualmente y entre menos divisas ingresen al país, menor crecimiento económico vamos a tener, sobre todo en este momento que Venezuela comienza el 2015 en recesión, con una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) durante los tres primeros trimestres del año que recién acaba de concluir (2014). En el primero se contrajo un 4,8%, luego se presentó un retroceso de 4,9% y en el tercero hubo un 2,3%, con una inflación que ronda el 70%.

 

Igualmente, el gobernante venezolano ignora que a Arabia Saudita, nuestro socio y líder de la OPEP, que produce 9,7 millones de barriles de petróleo diariamente, equivalente al 32% de la producción total de esa organización y que aporta el 12% de la demanda mundial de petróleo, no le interesa defender los precios del crudo, sino sus mercados, no tanto el de Estados Unidos, al que cada día exporta menos del 10% de su producción, sino a los nuevos, como Asia y Europa Occidental, a los cuales quienes vende petróleo hasta con descuentos.

 

Es evidente que la estrategia de Arabia Saudita es la de conquistar nuevos mercados y derrotar a sus principales rivales políticos, como Irán y Rusia, y de este último, aprovechar las sanciones económicas que le fueron impuestas por el conflicto con Ucrania.

 

Con el devenir de los tiempos, la OPEP dejó de ser un club de amigos que se reunían cada cierto tiempo para defender los precios del petróleo. Hoy en día, la mayoría de sus miembros ponen en práctica aquella máxima de la política internacional: “que entre países no hay amigos sino intereses”, es decir, las realidades de hoy son distintas a las del pasado, son los mercados a los que hay que defender, y no a los precios.

 

Repensemos nuestra permanencia en la OPEP, ya que ha perdido vigencia e influencia en el mercado energético mundial. Para finalizar, recordemos que “hay tiempo para nacer y tiempo para morir”, cita del Eclesiastés, capítulo 3, versículo 2).

 

DC / Econ. Asnaldo Soto / asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos

 

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