El presidente de EE.UU., Barack Obama, regresó este domingo a la Casa Blanca tras dos semanas de vacaciones en Hawai, con lo que deberá cambiar el golf y la playa por un nuevo curso político marcado por la toma de control republicana de ambas cámaras del Senado.
Acompañado de su esposa Michelle y sus dos hijas, Obama llegó hoy a la residencia presidencial tras quince días en Hawai que han incluido actividades familiares, cenas en caros restaurantes e incluso una visita el sábado al líder del grupo Pearl Jam, Eddie Vedder, que le ayudó a recaudar fondos para su campaña presidencial.
Su regreso a Washington está marcado por la toma de posesión el próximo martes del nuevo Congreso, resultante de las elecciones legislativas de noviembre pasado y controlado en ambas cámaras por los republicanos por primera vez desde 2006. «Vamos a votar sobre cosas que sé que (a Obama) no le van a gustar, y espero que podamos ponerlas sobre su mesa (para su firma)», dijo el próximo líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
McConnell aseguró que el Senado volverá a intentar derogar la reforma sanitaria aprobada en 2010, o al menos invalidar aspectos clave de esa ley defendida a capa y espada por Obama; además de votar a favor de la construcción del oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá al Golfo de México.
No está claro que esa legislación en apoyo a Keystone pueda contar con la firma de Obama, que el mes pasado cuestionó el beneficio «nominal» que tendría el oleoducto para los consumidores estadounidenses y mostró su preocupación por las posibles repercusiones medioambientales del proyecto.
Además del inicio de su relación con el nuevo Congreso, Obama tiene por delante esta semana su reunión con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, a quien recibirá el martes en el Despacho Oval para conversar sobre asuntos económicos y de seguridad.
El miércoles, el mandatario emprenderá un viaje de tres días a Detroit (Michigan), Phoenix (Arizona) y Tennessee destinado a allanar el terreno para su discurso anual sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, que tendrá lugar el 20 de enero.
Como en el caso de sus dos predecesores, George W. Bush y Bill Clinton, la Casa Blanca de Obama ha esperado en los últimos años a la víspera del discurso del Estado de la Unión para divulgar los temas que pretendía tratar el presidente, que únicamente viajaba por el país a partir del día siguiente a la alocución.
En cambio, este año, Obama se preparará para el discurso con un viaje en el que «presentará nuevas acciones específicas y adelantará nuevas propuestas legislativas que estarán incluidas» en esa alocución, según explicó la Casa Blanca en un comunicado el sábado.
DC | EFE