Atrás quedó todo lo que Bud Selig implementó por 22 años en las Grandes Ligas. El antiguo comisionado del béisbol salió adelante tras el conflicto laboral sin precedentes, limpió el juego de la sombra de los esteroides y aplicó una vertiginosa innovación en el deporte.
El legado de Selig es asumido desde ahora por Rob Manfred, quien toma el cargo de máximo directivo del béisbol apostando al progreso y al arraigo de las tradiciones de cara al futuro.
“La misión que tenemos ante nosotros es clara: honrar la historia del juego mientras les damos la bienvenida a nuevas personas a nuestro gran deporte, gente que algún día transmitirá su amor por el béisbol de generación en generación. Eso es lo que nuestros padres y abuelos hicieron por nosotros y es lo que estamos haciendo por nuestros propios hijos”, indicó Manfred en un comunicado.
Antes de ser nombrado como el máximo jefe ejecutivo de las Grandes Ligas, el 28 de septiembre del 2013, Manfred, décimo comisionado en la historia de la Gran Carpa, fue el vicepresidente de relaciones laborales por 15 años. En aquel puesto encabezó las negociaciones que resultaron en los convenios colectivos del 2002, 2006 y 2011.
“Necesitamos aplicar los recursos disponibles para reforzar nuestra experiencia en el estadio y en las transmisiones, para darles a nuestros aficionados la mejor experiencia posible en nuestro juego», señaló Manfred.
Innovador
En su primer día como comisionado, Manfred dejó claro que tiene la intención de volver a evaluar cómo se juega el béisbol.
El primer objetivo para Manfred será encontrar la manera de infundir más ofensiva en el juego. Esto podría incluir la eliminación de los cambios de defensiva.
“Yo estaría abierto a ese tipo de ideas”, indicó Manfred a ESP en relación a los shifts, término en inglés para las formaciones defensivas especiales ante un determinado bateador. “Hay que inyectarle más ofensiva al juego”.
Los equipos de MLB pagan un montón de dinero empleando estadísticas sabermétricos para analizar, entre otras cosas, el posicionamiento defensivo necesario para combatir mejor a un bateador contrario. “Tenemos gente muy inteligente que trabaja en el juego”, argumentó Manfred. «Ellos van a encontrar la manera de obtener alguna ventaja competitiva”.
“El béisbol, como todas las instituciones, necesita continuar su modernización siguiendo las tradiciones del juego. Pienso que el siguiente paso será mejorar el ritmo de los juegos, la falta de ofensiva y problemas por el estilo».
“Espero aprovechar el poder de la tecnología y considerar algunos avances adicionales para seguir aumentando la emoción del juego, mejorar el ritmo y atraer a más jóvenes”.
DC – AP
Foto: Web