El suizo Roger Federer, primer cabeza de serie, doblegó por 6-4, 6-7 (2) y 6-4 al canadiense Milos Raonic en la final del torneo de tenis de Brisbane (Australia) y alcanzó las mil victorias en el circuito profesional.
Era el deseo del exnúmero uno del mundo festejar el millar de triunfos en la final de un torneo y en Brisbane logró un hito que le sitúa tras los estadounidenses Jimmy Connors (1.253) e Ivan Lendl (1.071), este último de origen checo, a quienes Federer reconoció «tomar como ejemplo porque su longevidad fue increíble».
La final del torneo de Brisbane, en la que doblegó por 6-4, 6-7 (2) y 6-4 a Milos Raonic para acumular 83 títulos individuales, no igualará en emotividad a su primer triunfo en Wimbledon, en el año 2003 sobre el australiano Mark Philippoussis, pero sí tendrá un valor especial para el suizo por haber ampliado a 29 el número de ciudades en las que conquistó al menos un título.
Brillante a lo largo del campeonato, a excepción del primer envite, Roger Federer construyó su ventaja en la primera manga sobre la fortaleza de su primer servicio y se valió de una única concesión de rotura de su rival, que en su compromiso de semifinales ante el japonés Kei Nishikori no había cedido ni una sola vez el saque, para adjudicarse por 6-4 el primer set.
Más irregulares se mostraron ambos jugadores en la segunda manga, en la que Milos Raonic restó para igualar el choque en dos ocasiones, con 4-5 y 5-6.
Entonces Federer disipó con solvencia la amenaza de su rival, al que había ganado en siete de los ocho precedentes, y se dispuso a confirmar su octavo triunfo sobre el canadiense en el desempate.
Lo evitó Raonic, más certero que el exnúmero uno del mundo, al que dejó de forma inesperada en sólo dos puntos: 6-7 (2).
El daño pudo ser mayor al comienzo de la tercera y definitiva manga, cuando el tenista nacido en Podgorica (Montenegro) vio premiada su ambición con dos posibilidades de rotura que Federer desbarató ampliando a diecisiete el número de saques directos.
No sin dificultad, retuvieron sus respectivos servicios hasta el 2-2, juego en el que Raonic registró un primer golpe a 228 kilómetros por hora.
88 y 84 puntos sumaban, respectivamente, Federer y Raonic, quien no acertó a concretar su triunfo en el quinto juego pese a disponer de dos opciones de rotura cumplida la hora y 50 minutos de juego.
El pulso se trasladó a todos los rincones de la pista y el canadiense se reivindicó no sólo como uno de los mejores sacadores del circuito ATP sino que evidenció la mejoría de su tenis con grandes intercambios desde el fondo de la pista. También multiplicando su presencia cerca de la red.
Especialmente certeros en situaciones críticas, el primer y tercer favorito en Brisbane condujeron la final hasta el 5-4, con saque para Raonic. Con 30-15 favorable al canadiense, una pelota de Federer voló para superar la subida a la red de su adversario y cayó en la esquina izquierda de la pista para avistar el final.
El suizo agrandó su palmarés con el definitivo 6-4 y festejó el triunfo número 1.000 de una carrera repleta de éxitos tras dos horas y trece minutos de batalla.
DC | EFE