Ya no es indiferencia ni ganas de no exponer el descontento, el problema es que hacer la cola es una obligación, para el padre o la madre que trabaja de lunes a viernes y debe atender a la familia.
«Hoy he marchado en lo que va de la mañana por 4 supermercados buscando leche y pañales, pero consigo que sólo hay desodorante y champú, debo seguir mi peregrinación buscando lo que necesita mi hija» comenta con tono de cansancio Arelys Fernández en Tiendas Miami ubicada en la zona industrial de san francisco.
En el mismo establecimiento se encuentra el señor Raúl Puche acompañado de su esposa e hija afirma que «familia que bachaquea unida compra más» comentó en tono sarcástico, mientras que sus acompañantes esperaban desocuparse temprano para asistir a la marcha de las ollas vacías.
Detrás de la familia Puche, estaba Maigualida Quintero quién lamentó no poder asistir porque se puso de acuerdo con su hermana a acompañarla en la cola que hacía en centro 99 de la C2 donde tiene el número 500 para comprar pollo carne harina y arroz.
DC – Ángel Nuñez
Foto: Referencial