Los expertos han presentado el análisis preliminar de las cajas negras del vuelo GE235 de TransAsia siniestrado el 4 de febrero en Taiwán (China). Según el informe, ambos motores del avión colapsaron poco antes de la catástrofe.
37 segundos después del despegue, el motor derecho del ATR-72 de TransAsia emitió una alarma.
El piloto comunicó a la torre de control que el motor se prendió fuego, algo que suele ocurrir cuando se corta el suministro del combustible o la combustión resulta defectuosa.
Sin embargo, el examen de las cajas negras muestra que en realidad el motor más bien entró en un régimen inactivo, sin que se cambiara la presión del combustible, pero reduciendo el empuje a la hélice, ha comunicado el director ejecutivo del Consejo de Seguridad de Vuelo taiwanés, Wang Xingzhong.
46 segundos después uno de los pilotos presuntamente desaceleró el segundo motor, el izquierdo: siguió operando, pero sin producir energía. El piloto intentó relanzarlo, pero fracasó. Xingzhong se abstuvo de comentar cuál podría ser la causa de tal decisión, pero algunos se pronunciarona favor de la versión de que habría querido relanzar ambos motores.
Antes decaer al río Keelung (Taipéi), 72 segundos después, la nave emitió cinco alertas automáticas de pérdida del empuje mínimo para sustentarse en vuelo. «Se produjo un fallo en los dos motores,una llamada de la tripulación, un ruido externo y luego se interrumpió la comunicación», ha notado Xingzhong.
Los rescatistas descubrieron el cadáver del piloto, Liao Chien-tsung, de 42 años, con sus manos aferradas a los controles. Las autoridades de Taipéi lo elogiaron por haber luchado hasta el último momento y haber logrado dirigir el avión entre bloques de apartamentos y edificios comerciales para llevarlo hacia el río, evitando una catástrofe aún mayor.
DC – Reuters
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