Cinco comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) operan en distintos municipios del Estado Apure, al suroeste de Venezuela, de acuerdo con la información revelada en un informe elaborado por la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela, que además menciona la existencia de pistas de aterrizaje clandestinas en fincas de varios Estados, utilizadas para la recepción y despacho de alijos de droga.
En el documento oficial, de acceso exclusivo de Panam Post, los militares venezolanos señalan que estos comandantes de las FARC pertenecerían al décimo frente guerrillero, y que tienen poder en las comunidades que cubren.
“Se han observado varios sujetos vistiendo uniformes camuflados, portando armas largas y cortas, y con brazaletes alusivos a las FARC, quienes han implementado varias normas y los mismos se movilizan efectuando patrullajes tanto diurnos como nocturnos, en varios vehículos Toyota 4.5 tipo pick up y motos todo terreno”, dice el texto oficial.
Uno de ellos, Jaime Alberto Parra Rodríguez alias Mauricio Jaramillo, es calificado como el comandante del Bloque Oriental de las FARC, y estaría ubicado en un radio de operaciones sobre el sector Capanaparo del municipio Rómulo Gallegos.
El documento da cuenta de otro líder con un especial poder, alias Gollo, quien tendría el dominio sobre la población de Capanaparo, Tres Bocas, Paso Arauca y Cunaviche, así como del ingreso a Venezuela de los cargamentos de estupefacientes a través de la frontera con Colombia.
En el mapa que elaboraron las autoridades venezolanas, se indica que el comandante “alias Buda” estaría en la población de San Juan de Payara, junto con otros tres hombres, y que durante las labores de inteligencia realizadas se le vio en compañía del alcalde del municipio Pedro Camejo, Pedro Leal, quien pertenece a las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
El mapa elaborado por la Dirección de Inteligencia Militar muestra la distribución de seis comandantes de las FARC en Venezuela. Alias Chapulín murió en enfrentamiento con el Gobierno colombiano en 2014. (DIM)
El Estado Apure es el tercero de Venezuela en tamaño, tiene una extensión similar a la de la República de Panamá (76.500 kilómetros cuadrados), y comparte con Colombia 685 kilómetros de frontera. Como lo señala el informe de la DIM, además del tráfico de drogas, “estos grupos irregulares han convertido gran parte de esta zona en sitios donde ejercen el sicariato, cobro de “vacuna” (extorsión), secuestros y actividades de tráfico de combustible”.
Otras zonas de Apure donde han sido vistos estos irregulares de las FARC son Cinaruco, El Meta, San Juan de Payara, La Soledad, Cunavichito, Río Claro, Achaguas, Guachara, El Yagual, El Samán, Elorza, entre otros.
Últimas operaciones conocidas
En Elorza, una de las poblaciones más importantes de Apure, trabajaba el sexto de los comandantes mencionados por la DIM, “alias Chapulín”, quien fue ultimado en 2014 por el Ejército colombiano durante un enfrentamiento en la zona fronteriza.
En esa misma población detuvieron el 24 de diciembre de 2014 al comandante guerrillero Germán Arturo Rodríguez Ataya, miembro del frente 10 de las FARC, alias “El Gago” o “el piloto de las FARC”.
La ficha de Interpol Venezuela sobre su detención figura que sobre “El Gago” de las FARC pesaban los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir con fines de narcotráfico. (Interpol Venezuela)
Rodríguez Ataya fue aprehendido por una comisión de Interpol del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) en esa localidad. Sobre él pesaba una orden de captura de la policía internacional signada como A-4489/6-2014 por un expediente del 11 de enero de 2003, debido a un allanamiento que se realizó en Bogotá en 2002 en el cual se decomisó un cargamento de droga que pertenecía a los frentes 10 y 16 de las FARC, a cargo de Rodríguez Ataya.
En 2005 fue capturado en Colombia por transportar, por vía aérea, guerrilleros y drogas, y la licencia de piloto que tenía le fue revocada.
Cuando Interpol Venezuela hizo la captura, hace más de dos meses, el detenido fue puesto a las órdenes de la Fiscalía 15 del Ministerio Público, la cual declinó competencia al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano para que gestionara la extradición de Rodríguez Ataya.
Este hombre tenía varios años viviendo en Venezuela y de hecho, era naturalizado venezolano. Las autoridades de la policía científica venezolana tenían conocimiento de su presencia en el país al menos desde 2012, según reporta una minuta del CICPC de fecha 15 de enero de ese año.
En ese momento se inició una averiguación debido a una denuncia anónima en la cual se señalaba que Rodríguez Ataya poseía “una finca denominada San Rafael, ubicada en Capanaparo, municipio Rómulo Gallegos, Estado Apure, la cual la utiliza como centro de acopio de grandes cantidades de sustancias estupefaciente y psicotrópicas, y posteriormente las traslada vía aérea, a bordo de avionetas personales hacia la capital del país y países cercanos, para su comercialización, ya que cuenta con pista clandestina en terreno perteneciente a la referida finca”.
El pasado 26 de enero el TSJ de Venezuela asignó expediente a la solicitud de extradición de Rodríguez Ataya y al día siguiente otorgó su caso al magistrado Héctor Manuel Coronado Flores.
Las autoridades militares venezolanas advierten que en el territorio también estaría “alias Jhon Sapo Negro”, quien anteriormente operaba en la localidad de Elorza, pero que recientemente se habría transferido a la población de Barinas, en el Estado homónimo.
El tránsito aéreo de drogas se extiende a otros Estados
La unidad militar que hizo la labor de investigación determinó que además del Estado Apure, en Mérida y Zulia existen terrenos que también son utilizados por estos grupos irregulares para el aterrizaje y despegue de aeronaves presuntamente utilizadas para el narcotráfico.
Una de las pistas clandestinas estaría ubicada en el sector La Burra Mocha, en el Estado Mérida, dentro de una hacienda llamada San Francisco. La fachada del negocio sería la cría de caballos de paso, pero cuenta con un terreno de 900 x 20 metros para el aterrizaje de aeronaves.
También en Zulia, en el municipio Francisco Javier Pulgar, detectaron la existencia de una pista con 800 x 30 metros dentro de la finca La Mano de Dios. La hacienda no cuenta con ninguna actividad productiva dentro de sus tierras.
En esta misma localidad del Zulia, que limita con Mérida, detectaron que dentro de la hacienda Bramaderos, donde supuestamente se dedican a la cría y venta de búfalos, cuentan con una pista de aterrizaje de un kilómetro x 30 metros, y un helipuerto.
DC | panampost.com | Thabata Molina