La organización sin fines de lucro OpenBiome, con sede en Massachusetts, Estados Unidos, paga miles de dólares al año por contribuciones de materias fecales.
«Existen varias clínicas que ya recolectaban muestras, pero nosotros somos el primer banco de heces que compra y vende material de este tipo y está abierto al público», dijo a BBC Mundo Carolyn Edelstein, vocera de OpenBiome.
El banco vende muestras congeladas de heces para uso en transplantes fecales, utilizados para tratar a personas con infecciones recurrentes por la bacteriaClostridium difficile, que pueden causar diarrea, fiebre y llegar a ser fatales.
Estas infecciones reaparecen en ocasiones luego de un tratamiento con antibióticos, pero pueden curarse en el 90% de los casos con un transplante fecal, que ofrece una forma de repoblar los intestinos de una persona enferma con la flora intestinal de una persona saludable.
Sin embargo, vender heces a OpenBiome no es fácil.
Sólo se aceptan contribuciones de individuos sanos, de hábitos impecables, que pasen una larga serie de pruebas estrictas.
Los transplantes fecales permiten repoblar los intestinos de personas enfermas con la flora intestinal de una persona saludable.
Sólo un 4% de los miles de candidatos han sido aceptados en los últimos dos años.
«Es más difícil convertirse en un donante que entrar al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)», dijo uno de los fundadores y presidente de la empresa, Mark Smith, quien obtuvo su doctorado en microbiología en ese centro de estudios.
OpenBiome paga US$40 por muestra, con un bono de US$10 si se dona durante cinco días seguidos.
Pueden obtenerse hasta US$250 a la semana.
«Enviamos nuestras primeras muestras a hospitales en 2013 y ahora suministramos materias fecales a más de 200 hospitales y cínicas en 39 estados de Estados Unidos», dijo Edelstein a BBC Mundo.
La idea de la empresa surgió de una situación personal y muy concreta.
Colleen Kelly, gastroenteróloga del Hospital Miriam en Providence, Rhode Island, dejó de usar donantes obesos en transplantes fecales.
Kelly ha realizado cerca de 200 transplantes fecales a pacientes con infecciones por C. difficile y en 2010 realizó un transplante a una mujer de 32 años cuya donante era su hija, una niña obesa. Un año después la madre, que jamás había tenido problemas de obesidad, volvió a la clínica quejándose de un aumento masivo en su peso.
El caso, el primero registrado de obesidad aparentemente resultante de un transplante fecal, fue detallado en un artículo en la revista Open Forum Infectious Diseases.
Kelly advierte que no puede saberse con certeza si es un caso de causa efecto. Algunos investigadores apuntan que la obesidad pudo deberse a antibióticos que al eliminar la flora saludable crearon otros problemas.
Sin embargo, otros estudios han obtenido resultados similares en experimentos con ratones.
«Somos cautelosos y por eso excluimos donantes potenciales con un índice de masa corporal de 30 o más. El índice de masa corporal de nuestros donantes suele ser 23,8», dijo Edelstein.
«Un primo contrajo una infección con C. difficile cuando estuvo internado en un hospital para una cirugía menor. Durante más de un año fue tratado con un antibiótico, vancomicina, pero la infección era recurrente», relató Edelstein.
Mi primo acabó tratándose a si mismo en casa usando heces de un compañero de universidad, una licuadora y un tubo para hacer enemas
«Él había oido hablar de los transplantes fecales, pero en aquella época ningún doctor ofrecía esa terapia, así que acabó tratándose a si mismo en casa usando heces de un compañero de universidad, una licuadora y un tubo para hacer enemas».
«Mark Smith estaba haciendo su doctorado en microbiología y sintió que otros pacientes no debían pasar por lo que pasó mi primo. De ahí nació la idea de crear una empresa que ofreciera muestras rigurosamente examinadas. Recibimos un préstamo y el MIT nos dio espacio en sus laboratorios para comenzar a trabajar».
Los donantes potenciales deben ver a uno de los médicos que trabajan con OpenBiome y responder un cuestionario de más de 100 preguntas, que permiten descartar candidatos con problemas de metabolismo, gastrointestinales o enfermedades autoinmunes.
«Los que pasan el cuestionario son sometidos a 27 pruebas diferentes de sangre y materias fecales», explicó Edelstein.
«Nos cuesta cerca de US$5.000 realizar todas las pruebas por cada persona, por lo que tendemos a usar con regularidad a los candidatos aprobados».
«Los donantes vienen a nuestro laboratorio entre cuatro y seis veces por semana».
Nuestros donantes tienden a ser atléticos y muy conscientes de la importancia de cuidar su organismo. Tienen una dieta saludable y balanceada con mucha fibra
«Las muestras son conservadas en un freezer a 80 grados bajo cero y son enviadas con hielo seco a los hospitales, que mantienen el material a 20 grados bajo cero hasta por seis meses».
Más de 5.000 personas se han registrado como candidatos potenciales.
«Nuestros donantes tienden a ser atléticos y muy conscientes de la importancia de cuidar su organismo. Tienen una dieta saludable y balanceada con mucha fibra», dijo Zain Kassam, investigador de OpenBiome.
«Suelen ser personas con un buen nivel de educación. Estudiantes o profesionales jóvenes, y la edad promedio es de 26».
Por ahora los transplantes fecales son usados sólo en el caso de infecciones conC. difficile.
Pero Edelstein cree que en el futuro no sólo habrá heces sintéticas para transplantes, sino que las terapias relacionadas con bacterias intestinales podrían ayudar a pacientes con otras patologías intestinales, como el mal de Crohn o la colitis ulcerosa.
DC| BBCMUNDO /
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