La presidenta argentina, Cristina Fernández, evitó hoy cualquier referencia a la petición de imputación en su contra por presunto encubrimiento a terroristas en su primer acto público, tras el anuncio del fiscal Gerardo Pollicita.
«Yo no tengo más que felicidad y agradecimiento», dijo hoy Fernández durante la inauguración de obras públicas en la ciudad patagónica de El Calafate (provincia de Santa Cruz, sur del país).
Vestida de fucsia y sonriente, Fernández dio un breve discurso en el que agradeció «el cariño», «el afecto» y «la compañía» a los cientos de simpatizantes que acudieron a expresarle su apoyo.
Por la mañana, la mandataria publicó en las redes sociales fragmentos del discurso que dio en su último acto en Buenos Aires, el pasado miércoles, en el que aseguró que «el odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos», sin hacer tampoco referencia a la petición de imputación solicitada este viernes por el fiscal Gerardo Pollicita.
«Esta presidenta y el equipo de Gobierno que me acompaña ha tenido una premisa en todos estos años que ha sido capear todos los temporales, los de afuera y los que nos provocaron adentro», expresó en otro fragmento de su discurso del miércoles evocado hoy en su cuenta de Facebook.
El fiscal argentino Gerardo Pollicita presentó este viernes un requerimiento de instrucción ante el juez Daniel Rafecas, encargado de la denuncia presentada por el fallecido fiscal Alberto Nisman el pasado 14 de enero, cuatro días antes de que muriera de un tiro en la sien en circunstancias aún no aclaradas.
Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994, señaló a Fernández como máxima responsable de un plan para encubrir a los iraníes sospechosos de ser los autores de ese acto terrorista.
El fiscal también solicitó imputar al canciller argentino, Héctor Timerman, y a varios colaboradores oficialistas por «encubrimiento por favorecimiento personal agravado».
DC | EFE