El cardenal Jorge Urosa Savino hizo un llamado al gobierno para que “prohíba el uso de armas letales para controlar manifestaciones”, y exigió “sanción para los culpables” tanto del asesinato del adolescente de 14 años Klievert Roa, en Táchira, como de otros jóvenes estudiantes, víctimas de funcionarios policiales y de la “violencia asesina”.
Así lo pidió en un comunicado, que difundió en unión de los obispos auxiliares de Caracas. “Deploramos de todo corazón los recientes asesinatos de varios jóvenes en Táchira, Zulia y en Caracas, dos de ellos por funcionarios de seguridad del Estado”, dijo el arzobispo de Caracas. De igual manera, expresa sus condolencias a los familiares de los jóvenes asesinados.
El cardenal Urosa, que también es presidente honorario de la Conferencia Episcopal Venezolana, apoyado en un documento emitido por esta institución el 12 de enero de este año, considera que la situación de violencia es consecuencia de una crisis moral. “Las graves dificultades que padecemos surgen, entre otras cosas, de una profunda crisis moral, una crisis “de valores, actitudes, motivaciones y conductas, que es preciso corregir”, recuerda el purpurado.
Luego añade: “Tenemos que superar actitudes como el afán de riqueza fácil y la corrupción, la soberbia política, la prepotencia y el ansia del poder, el egoísmo, la pereza, el odio y la violencia. Y hemos de rescatar los principios de legalidad, legitimidad y moralidad que sustentan el entramado de la convivencia social”.
Crear clima de paz. “Pedimos encarecidamente a las autoridades civiles, militares y policiales que no empleen ni métodos ni armamentos contrarios a la legalidad y a la dignidad de los seres humanos”, dice un comunicado firmado por Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, integrante de la Conferencia Episcopal Venezolana, informó Efe.
El religioso recuerda a los agentes de seguridad que es “su deber” mantener el orden, apegados a la ley y el respeto a los derechos humanos, al tiempo que señala que “la protesta es un derecho ciudadano” que también debe realizarse en los parámetros de la legalidad y “ser pacífica”.
“Quienes son los causantes de la muerte del joven estudiante y de otros desmanes deben asumir su responsabilidad y ser llevados a los órganos correspondientes de administración de justicia”, dice el obispo en el escrito.
Exhortó además a que, “siguiendo la invitación del papa Francisco” se agoten los espacios “para el encuentro y el diálogo” que sea constructivo para la búsqueda de soluciones. Pidió a los dirigentes políticos de todas las tendencias “sumar esfuerzos para crear un clima de paz”.
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