Pedro Márquez se preparaba para salir de su residencia en la urbanización Las Acacias, calle 132, a las 6 a.m. del miércoles 5 de febrero, cuando un motorizado y su acompañante lo golpearon hasta dejarlo tendido en el suelo. El motivo: trabajar para Empresas Polar.
En esta redacción el trabajador relató que el parrillero lo identificó por la camisa de la compañía. Peses a que tenía el logo de una marca de refrescos, le insistían que era lo “mismo” y lo responsabilizaron de la escasez de comida en los mercados por el presunto acaparamiento del que han acusado en los últimos meses a este tipo de empresas.
Acoso que Pedro Márquez negó ,mientras era acorralado y al calificar al sujeto de ignorante, el motorizado se bajó y le propinó patadas en la cara y pecho. Un vehículo tocó corneta y logró que huyeran, para luego auxiliarlo.
A un día del hecho, teme por su vida y la de su familia, debido a que lo amenazaron con incendiar su carro. Por ello formuló la denuncia ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Ccpc) y pidió que patrullen por la zona. Los sujetos vestían pantalón de gabardina y franela blanca y un jeans y camisa roja. Uno de ellos estaba bajo la influencia de psicotrópicos o del alcohol.
Pedro Márquez presta sus servicios para Polar y es la primera vez que enfrenta un ataque. Instó a reflexionar sobre el odio latente en la sociedad. Lamentó que ahora no pueda representar a su empresa sin ser calificado como un delincuente más. “Las personas están presas en su casa; mientras otros hacen lo que quieren en la calle”.
DC – EC
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