Recientemente fui invitado a disertar por mis ex compañeros de militancia del Movimiento Al Socialismo, a propósito de la visita que hiciera su Secretario General, Felipe Mujica, a estas tierras calientes, llenas de sol, colas e inseguridad. Polarización o Conciliación fue el dilema central del debate, lo cual me pareció oportuno y más que razonable para aceptar el gesto de compartir también junto al Medico y Editor del Diario Versión Final, Carlos Alaimo, tan escabroso tema en estos días de golpes, imperios y Alcaldes convertidos en presos políticos.
Desde su fundación hace ya 44 años el MAS ha sido una organización que no pasará por debajo de la mesa en la historia contemporánea del país. Insurgir como fuerza política para brindarle a sus coterráneos, por primera un socialismo hecho en casa, a la venezolana, pacífico y democrático, no dejó de ser novedoso para una sociedad que apenas se quitaba de encima los estragos de una guerra de guerrillas, y que a pesar de los coletazos ultraizquierdistas, buscaba caminos alternos para la toma del poder sin echar un tiro.
En los tiempos difíciles de la aguda polarización cuarta republicana, el MAS se propuso abrirse paso como bicicleta entre dos gandolas, representada por los otrora poderosos partidos AD y COPEI. Después de los sucesos del 4 de febrero y con una astilla del mismo palo, como lo fue el líder social cristiano. Teodoro Pekoft, Pompeyo Márquez y Freddy Muñoz, encabezaron el chiripirero que terminó llevando al líder Yaracuyano de nuevo al poder, y con ello iniciar el derrumbe de aquel también péndulo diabólico que asfixió al país durante cuarenta años.
Fue esta organización quien propuso por primera vez la necesidad de elecciones directas de Alcaldes y Gobernadores, como punta de lanza en el proceso de descentralización que tímidamente se iniciaba en el país. Con estas iniciativas logró recoger sus frutos, coronando triunfos electorales en varios estados y municipios del país. También el MAS sirvió de ropaje democrático a un Hugo Chávez, quien a pesar de la vorágine electoral creada alrededor de su candidatura, en ese momento le dio un gran sosiego a su futuro electorado, lo cual negarlo hoy seria una mezquindad histórica.
Hoy a 16 años de andar cabalgando de nuevo con una polarización, que mantiene a los venezolanos al borde del despeñadero político, económico, social y militar, esta organización que hasta hace poco venia participando activamente en la MUD, en su afán por restablecer la institucionalidad democrática y devolverle la paz a la nación, ha resuelto transitar de nuevo por el escabroso camino anti polarizante, proponiéndole al país la necesidad urgente del diálogo y la conciliación, ante el autoritarismo, la incompetencia, y la corrupción del gobierno y los reiterados errores de casi todo el bloque opositor.
Con la irreverencia que en su devenir histórico el MAS ha mantenido, hoy sus dirigentes intentando resurgir como la nueva ave fénix de la política criolla, recorren el país proponiendo distintas alianzas sociales y políticas en el venidero proceso electoral. Han dicho sus autoridades, que la idea principal es la construcción de un parlamento que busque el beneficio de los venezolanos y no de un sector, por lo que estarían dispuestos a apoyar al más apto sin exclusiones políticas, bien sean estos de la MUD o del oficialismo.
Podrá prender esta idea despolarizante en el consciente colectivo de las mayorías. No se sabe, pero lo cierto es que todas las encuestas reflejan una baja profunda en las simpatías electorales, en los dos ejes principales de la polarización. Estaremos en presencia de la ruptura de un fenómeno político, existente desde los cimientos de la misma democracia en el país.
La Venezuela del futuro debería apostar hacia esa salida, veremos si este MAS conciliador, como en el pasado, logra provocar el milagro que ya en una oportunidad realizó el santurrón de Rafael Caldera.
DC/ Abog. Douglas Zabala/ @douglazabala