El 2015 será un año electoral, elecciones parlamentarias para renovar la Asamblea Nacional. Dos factores condicionan estos comicios: el primero, la crisis económica gigantesca condimentada por la caída de los precios del petróleo y el segundo factor la muerte de Chávez. Con relación a éste último aspecto, hay que destacar que Maduro no es Chávez. Vale decir el carisma no se hereda y esto se refleja en que el 80% de los venezolanos evalúan negativamente la situación del país. Esa valoración incluye al pueblo chavista.
Por otra parte, es necesario señalar que en los últimos dos años el mandatario venezolano perdió 31 puntos de popularidad, paso de 51% en Abril del 2013 a 20% en Marzo del 2015.
Por primera vez en los últimos 16 años el chavismo acudirá a un proceso electoral en tan precarias condiciones como este año. En otras palabras, si las elecciones se realizaran hoy la oposición obtendría una mayoría significativa.
Entonces, con tan poco margen de maniobra ¿Qué estrategia tiene el gobierno ante este escenario tan adverso?
Luego de la desaparición del ex- Presidente Hugo Chávez, una intensa campaña mediática de millones de dólares orquestada desde La Habana (Cuba) intenta consolidar en el país y en todo el Continente Américano el supuesto “mito” de Hugo Chávez. El “mito” como elemento estratégico de la comunicación política, es utilizado con frecuencia como principios de la retórica discursiva del gobernante con la intención de motivar, persuadir y unificar, en este caso, a los seguidores del chavismo.
Hay que recordar que Venezuela ha estado sometida a un proceso sistemático de guerra Psicológica que se ha venido ejecutando desde hace mucho tiempo. Todo eso como consecuencia de una autocracia militarista que representó el Presidente hoy fallecido y que de una manera torpe creyendo que los venezolanos somos tontos ó que no terminamos de entender el propósito que tiene Cuba sobre Venezuela. Aspiran crear de Chávez un “mito” “Chávez vive, la lucha sigue” cuando en verdad la herencia del desaparecido Presidente es un legado vergonzoso, triste y quizás el peor de la historia política venezolana.
Estas realidades hay que darlas a conocer al mundo, porque un grupo de aprovechadores, ambiciosos y oportunistas, muchos de ellos militares que forman parte de la cúpula militar actual, creen que pueden tomar la figura de Hugo Chávez que tanto daño le hizo a la Republica, a la sociedad y a las instituciones para crearnos un “mito”, un súper-hombre inmortal una idea fuerza que pueda dirigir el resto de la política, sobre todo en lo que se refiere a un evento tan fundamental como son las elecciones parlamentarias.
Por eso es vital que todos y cada uno de los venezolanos incluyendo a aquellos que siguieron a Chávez y hoy están descontentos con Maduro conozcan cuánto daño le hizo a Venezuela la dupla Chávez-Maduro en lo político, en lo social, y en lo económico.
En lo político, este legado tiene necesariamente que comenzar con lo ideológico, Chávez pretendió convertir a la sociedad venezolana tradicionalmente católica en una sociedad comunista, también le entregó el país a los hermanos Castro (Fidel y Raúl) hasta el extremo de que es la élite política cubana la que dirige los destinos de Venezuela.
En lo social, su legado consistió que desde hace 16 años impera en nuestro país, la cultura de la confrontación, ha sido una estrategia del actual régimen la de confrontar, la de dividir a los venezolanos y un país dividido tan radicalmente como lo está Venezuela no puede progresar.
Y en lo económico, el legado fue la destrucción del aparato productivo, el cual se basó en la estatización y nacionalización de los medios de producción que hoy no producen y por esta razón ha aumentado la pobreza, el desempleo, la escasez, el desabastecimiento y la inflación. Así mismo la dependencia de la economía nacional respecto del petróleo y la aplicación de controles generalizados de precios y de cambio.
En conclusión, los “mitos” solo sirven para las especulaciones pero no sirven para los hechos concretos que estamos padeciendo en Venezuela.
DC / Econ. Asnaldo Soto / asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos