España vive con consternación el accidente en los Alpes franceses de un avión que partió con 150 personas a bordo, de ellas 45 con apellido español, de Barcelona, donde los familiares de los pasajeros protagonizan escenas de dolor.
El Gobierno español decretó tres días de luto oficial por las víctimas del accidente que ha motivado la cancelación de la visita de Estado de los reyes de España a Francia, la agenda del jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y numerosas muestras de pesar y solidaridad.
El Airbus A320 de la aerolínea alemana de bajo coste Germanwings se estrelló en los Alpes franceses poco después de despegar del aeropuerto de Barcelona (noreste de España) con destino a Düsseldorf (Alemania), con 150 personas a bordo, que habrían perecido en el accidente, según el presidente francés, François Hollande.
Mariano Rajoy acudirá mañana a la zona del siniestro, junto al presidente francés y la canciller alemana, Angela Merkel. Los reyes de España cancelaron su visita de Estado a Francia poco después de conocerse el trágico accidente y los partidos políticos españoles expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Felipe VI expresó su consternación por el “terrible accidente” aéreo, sin supervivientes y con “un número muy elevado de españoles” y trasladó sus “condolencias sinceras y de todo corazón” a las familias que han perdido a sus “seres queridos”.
La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció en una conferencia de prensa los tres días de luto oficial, que comenzarán esta medianoche, y señaló que también se guardará mañana un minuto de silencio por las víctimas. Saénz de Santamaría no precisó el número de españoles que viajaban en el avión, pero horas antes había dicho que entre los pasajeros había 45 que tienen nombres españoles.
La vicepresidenta mostró su confianza en que la caja negra del avión siniestrado en los Alpes, que ya ha sido hallada, ofrecerá luz sobre las causas del accidente, a la vez que pidió prudencia a la hora de apuntar hipótesis sobre el siniestro en respuesta a las declaraciones del Gobierno francés en el sentido de no descartar ninguna vía en la investigación.
Efectivos de la gendarmería francesa lograron acceder a la zona montañosa donde se estrelló el Airbus, que ya fue escenario de otra tragedia aérea en 1953, y han podido recuperar una de las cajas negras, que será analizada para tratar de aclarar las causas del siniestro.
Fuentes de la aerolínea, filial de Lufthansa, calculan que en el aparato viajaban al menos 67 ciudadanos alemanes, entre esos 16 adolescentes alemanes y dos profesoras que les acompañaban en un programa de intercambio de estudiantes en el que pasaron una semana en la localidad de Llinars del Vallés, cerca de Barcelona.
A medida que pasaban las horas, se conocían a través de familiares y amigos los nombres de algunos de los pasajeros españoles del avión siniestrado, muchos de los cuales viajaban por razones de trabajo, pero también había una abuela que viajaba con su hija y su nieta, una mujer con su bebé de siete meses y otra que iba a Alemania a visitar a sus hijos.
Cerca de 150 familiares de pasajeros que iban en el avión siniestrado permanecen en el centro de atención habilitado en el aeropuerto de Barcelona, donde han acudido para recibir información de primera mano y se les está prestando apoyo psicológico, según informaron a Efe fuentes del dispositivo.
A los familiares de las víctimas se les ofrece alojarse en hoteles de los alrededores del aeropuerto, donde también se les brindará apoyo psicológico. El Senado español guardó un minuto de silencio por las víctimas del accidente, mientras que el Congreso de Diputados, que hoy solo ha debatido el primer punto del orden del día, ha suspendido la sesión de control de mañana en señal de duelo.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, viajó a Marsella (noreste de Francia) para unirse al operativo puesto en marcha por las autoridades francesas para aclarar las circunstancias del siniestro y colaborar en el proceso.
Representantes del Gobierno español se han reunido con directivos de la aerolínea Lufthansa, matriz de Germanwings, para establecer la identidad de los pasajeros y saber cuántos son españoles, mientras que la policía forense reúne muestras de ADN de familiares de pasajeros del avión siniestrado con el fin de facilitar también la identificación de los cadáveres.
Además, el Gobierno español ha puesto a disposición de las autoridades francesas agentes de la Policía Científica para que colaboren en la investigación. El Comité Estatal de Apoyo a las víctimas y familiares de accidentes aéreos (CEA), creado en 2013, se constituyó este martes por primera vez tras el accidente y ha recibido la información actualizada disponible sobre el siniestro y ha puesto en marcha los mecanismos para colaborar con las autoridades francesas en la identificación y posterior repatriación de las víctimas.
DC | EFE