Antes de participar en el Miss Venezuela 2008, Hannelly Quintero trabajaba alquilando teléfonos en el pueblo de Ocumare del Tuy, en donde se crió.
Antes de eso, laboró en una zapatería y en una panadería, en donde cierta vez, una señora le pidió que le diera una barquilla. «Si se la regalaba tendría que pagarla y yo no tenía el dinero para hacerlo, así que le dije que si traía una taza, yo se la llenaba con el helado, a escondidas», cuenta la esbelta morena. «Pero el dueño se dio cuenta y me botó. ¡Duré solo cuatro días allí! Y lo peor es que me costó un mundo aprender a hacer que las barquillas me quedaran derechitas», agrega, entre risas, la joven modelo.
Con esa historia, Quintero espera desmentir los rumores que circulan en Internet sobre su supuesta despedida de Televen. Y hace énfasis: «Me han botado de un solo trabajo y fue de esa panadería».
Lo cierto es que Miss Intercontinental 2009 se va del país. No se le verá más, por ahora, como animadora de Tas Pillao, Vitrina o el Kino Táchira (todos programas de Televen). En 2016 no se verá su figura en las vayas de las chicas Polar.
–¿Cuál es el verdadero motivo de su salida de Televen?
-Tengo una propuesta de trabajo en Estados Unidos, en el mundo del entretenimiento. No quiero decir aún de qué se trata porque no es nada concreto. Estoy arriesgándome a ganar o a perder, pero hasta que no tenga los pollos nacidos, no los voy a contar. No fue fácil tomar la decisión porque, en un país donde escasea el trabajo, yo tenía cuatro ¡y de los más importantes! Para mí no es fácil irme de Venezuela porque aquí nací, crecí, están mis amigos y mi familia, pero tengo ganas de triunfar y de cumplir metas.
–¿Hasta cuándo se le verá en la señal del canal 10?
-Anoche hice la penúltima transmisión con el Kino Táchira y hoy es mi despedida en Tas Pillao. Viajo a Nueva York a mediados de este mes. En algún momento pensé quedarme con la lotería y viajar todos los lunes para acá, pero la realidad es que boletos de avión no hay y, cuando se consiguen, los venden carísimos.
–¿Cómo hará con su contrato como Chica Polar?
-Posiblemente regrese para estar presente en algunos eventos de promoción de la marca. Sigo siendo su imagen durante este año, pero ya les avisé que no estaré presente para 2016.
–¿Deja todo atrás cuando está, posiblemente, en su mejor momento laboral?
-Algunos dirán que estoy loca, pero no lo sé, no soy dueña de mi destino, pero sí de mi decisión que asumo con responsabilidad. Estoy apostando a la luna, pero si llego a una estrella, perfecto. De Venezuela me voy por la puerta grande, buscando una oportunidad de crecer y abrir nuevos caminos. Siempre ha sido uno de mis sueños trabajar afuera, pues aquí cumplí la mayoría de mis metas. No estaba buscando este trabajo, me llegó sin pedirlo.
-Muchas veces he fracasado y otras triunfado. No lo niego: afuera no debe ser fácil, pero no quiero llegar a los 40 años y tener que decir que por miedo dejé pasar una gran oportunidad a los 29.
-Esta decisión va a tener consecuencias, no sé si malas, pero estoy apostando a las buenas. No tengo miedo al fracaso porque sé lo que es triunfar. Yo empecé desde abajo y me han dicho que no y que sí. Si no se da, quieta no me voy a quedar (risas).
–¿Se irá sola?
-Me gustaría llevarme a mi mamá. Y mi novio, si se quiere venir, bienvenido sea. A él no renuncio (risas). Está Skype para comunicarnos.
–¿Cómo deja las relaciones con sus compañeros de trabajo?
-¡Muy bien! En el Kino Táchira éramos como primos. En todos los programas formé una familia. Igual con las Chicas Polar. Me enfoqué en ser profesional y muy buena compañera de trabajo.
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