El pasado lunes 09 de Marzo el presidente de los Estados Unidos Barack Obama declaró” la emergencia nacional” por la situación política venezolana y se indica que el país suramericano amenaza la seguridad nacional estadounidense.
La reacción por parte del gobierno de Venezuela no se hizo esperar, y a partir del decreto de Obama el vice-presidente Ejecutivo Jorge Arreaza, hizo un llamado a la unidad de los venezolanos “más allá de las diferencias” en rechazo a las medidas anunciadas por el gobierno norteamericano.
Han sido días de retórica nacionalista encendida, llamados a maniobras militares y denuncia a gritos de un intento de invasión o injerencia en la soberanía de Venezuela. Deliberadamente el presidente Nicolás Maduro y todo su gabinete conscientes de su baja popularidad, su poca o casi nula capacidad para gobernar y solucionar las múltiples necesidades del pueblo, no le ha quedado otra alternativa que la de apelar a este “recurso simbólico” del Nacionalismo y el Patriotismo para intentar lograr reivindicarse ante la nación venezolana.
Estos mecanismos, han sido puestos en práctica, a través de la historia por gobiernos que atraviesan por graves crisis política.
En el presente artículo, quiero traer a colación la guerra de las Malvinas o guerra del Atlántico Sur. Fue un conflicto armado entre la República Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en las Islas Malvinas. La guerra se desarrolló entre el 02 de Abril, día del desembarco argentino en las Islas, y el 14 de Junio de 1982, fecha de la rendición Argentina, lo que conllevo la recuperación de los tres archipiélagos por parte del Reino Unido.
Supuestamente, la causa fue la lucha por la soberanía sobre estos archipiélagos australes, tomados por la fuerza en 1833 y dominados desde entonces por el Reino Unido, algo nunca aceptado por Argentina que los sigue reclamando como parte integral de su territorio; de hecho, considera que se encuentran ocupados ilegalmente por una potencia invasora y los incluye como parte de su Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Sin embargo, la verdadera causa de esta guerra, fue la búsqueda por ambos gobiernos de perpetuarse en el poder.
En cuanto al gobierno argentino, es conocida la situación que atravesaba la dictadura militar. El régimen puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar miedo en la población y así imponer “el orden”, sin ninguna voz disidente.
Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de Argentina. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, exiliados, asesinados y desaparecidos.
No obstante, esta manera de gobernar muy propia de los llamados “gorilas” militares, logró en ese conflicto el apoyo Latinoamericano casi unánime, Nicaragua ofreció tropas, Venezuela, petróleo y Perú, aviones de reemplazo. Solamente el régimen de Pinochet, en Chile, adoptó una posición contraria, concediendo a los británicos suministros y bases para unidades de comando.
Por otra parte, el gobierno británico de la primera ministra Margaret Thatcher se enfrentó igualmente a una grave crisis política, que provocó la dimisión inmediata del Ministro de Asuntos Exteriores Lord Carrington.
Margaret Thatcher para mejorar su imagen política decidió “liberar” las Islas y su primer triunfo fue diplomático, pues logró que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declarara a la Argentina “país agresor” y obtuvo el aval incondicional de EEUU y de la Comunidad Económica Europea.
Asimismo, la ex primer ministro Margaret Thatcher, realza la importancia del triunfo inglés en Malvinas como un triunfo personal de su gobierno. Ello le permitió perpetuarse por dos períodos más en el poder, en un momento en que los conflictos sociales en su país no le auguraban mucha fortuna. Es por ello que rechazó toda posibilidad de solución negociada, llegando incluso a cometer el peor crimen de guerra de todo el conflicto, el hundimiento del Crucero A.R.A. “Gral. Belgrano” para hundir con él la propuesta de paz realizada por el entonces presidente del Perú, Belaunde Terry y que ya había sido aceptada por la Argentina y avalada por los Estados Unidos.
En conclusión, el tema de la soberanía es utilizada por el régimen de Maduro como instrumento de distracción, escamoteo y desorientación, en lugar de aplicarla en el caso de Guyana y la explotación petrolera en una zona que está frente a la desembocadura del Orinoco más allá incluso de la zona en reclamación.
¡La Patria es Primero!…
DC / Econ. Asnaldo Soto / asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos