Como hemos señalado, loa compleja problemática de LUZ es de orden estructural. Por tal circunstancia, una propuesta para su innovación, carecería de eficacia y pecaría de simplista, si no parte de una redefinición de sus principios y valores. Por tal motivo, el equipo técnico que viene trabajando en la formulación del Proyecto ABR, entre quienes se encuentran:José Vicente Villalobos, Víctor Martin, JJ Villasmil, Antonio Cova, Evaristo Méndez, Douglas Romero, Bethzaida Parra, Adalberto Zambrano, entre otros, hemos desarrollado lo que serán los principios y valores que orientarán su formulación para el nuevo modelo universitario que deseamos impulsar y proponer a la comunidad universitaria, y cuyo esfuerzo intelectual compartiremos en varias entregas, para recibir las recomendaciones que estimen ofrecernos.
Aludiendo a la famosa pregunta del filósofo boliviano Manfredo Kempff Mercado relativa al tiempo de los valores, quien en la década de los Sesenta dejara su huella en las aulas de nuestra Alma Mater, en la Universidad nos remontamos a los tiempos de su fundación para hacernos la misma interrogante sobre su tiempo. Y es que la pregunta sobre ¿cuándo valen los valores?, nunca pierde contexto, pues el tiempo es esa imagen inconmensurable que las personas nos representamos para dar cuenta de nuestro paso por esta Tierra Prometida. A esta pregunta nuestro mentor responde que “siempre valen”, pues el ser humano se caracteriza por irradiar su vida de símbolos y estimaciones, los cuales son de tanta importancia para la vida particular como para la vida misma en general. La vida solo es vida por estar impregnada de valores, cuestión de lo cual también da cuenta nuestra propia experiencia “existenciaria”, y nuestra propia huella como seres de este mundo.
Y es que estas reflexiones pasan siempre por comprender el rol académico que representamos en cada uno de nuestros actos, si miramos bien la trayectoria de los prohombres que más acuciantemente han reflexionado sobre la vida y sus “circunstancias”, como lo es ejemplarmente la vida de nuestro eterno rector, el maestro Antonio Borjas Romero (1958-1963; 1963-1967), quien durante dos períodos consecutivos dirigió los destinos de nuestra Alma Mater, heredera de otros prohombres que le antecedieron en acción y pensamiento, pero no por ello menos importantes, teniendo entre su máximo estandarte, al maestro de maestros, nuestro sabio y eterno rector, Jesús Enrique Lossada, estandarte de las luchas por la reapertura de la Universidad del Zulia (1946-1948) y por la conformación de una Universidad impregnada de valores éticos.
Por ello, la alusión a nuestras “circunstancias”, que expresara el maestro español José Ortega y Gasset, relacionadas con la vida universitaria, pasan por enaltecer los valores que la identifican; es decir, por exaltar cada uno de los enlaces axiológicos que atañen a la vida docente en este particular plano de la educación, en virtud de considerarse el acto docente como un verdadero acto ético. Ello no puede ser de otra forma, pues la educación tal como se demanda en estos tiempos de crisis institucional y de valores, es una educación centrada, por una parte, en las personas que conforman el entramado institucional, y ese es precisamente el Norte que perseguimos con la Refundación de la Universidad, la cual llevamos como ese estandarte enarbolado por nuestros antepasados institucionales, encarnados en las obras de Lossada y Borjas Romero; pero también, por otra parte, centrada en una vida académica orientada hacia la preservación de los valores gregarios que caracterizan a toda sociedad humana, de lo cual también nuestra Universidad ha dado y da cuenta en circunstancias apremiantes como la presente. (CONTINUARÁ)
DC / César Ramos Parra / Profesor Universitario / @cesarramosparra