La ONU pidió a donantes, organizaciones y países que combaten el ébola en África occidental no caer en la complacencia, en momentos en que la cifra de víctimas por la enfermedad se acerca a las 10.000.
Expertos de las Naciones Unidas dijeron el lunes que la diseminación de este mal en Guinea, Liberia y Sierra Leona se ha reducido a casi 10% respecto a lo que registraba en septiembre.
Pero el enviado especial de la ONU contra el ébola, David Nabarro, dijo que el combate a la enfermedad ha entrado a una «segunda fase, llegar a cero, que en realidad es la más difícil».
El ébola ha contagiado a casi 24.000 personas y ha provocado la muerte de más de 9.600, de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud.
Nabarro dijo que la erradicación de la enfermedad exige tratar a todos los que la tengan y rastrear a todos los que han estado en contacto con ellos.
«Es una tarea muy difícil, muy ardua», dijo en Bruselas antes del inicio de una importante conferencia internacional sobre el ébola en la que se espera la participación de unos 6.000 delegados, entre ellos los mandatarios de Guinea, Liberia y Sierra Leona.
De acuerdo con cifras de la ONU, el número de casos nuevos se ha reducido de 800 a 900 por semana en el momento más complicado del brote epidémico a unos 100 por semana actualmente.
Pero el director de la agencia de la ONU encargada de manejar la respuesta a la emergencia, Ismail Ould Cheij Ahmed, advirtió que aún hay mucho más por hacer.
«Estamos llegando a la fase más difícil, donde hay cansancio entre los gobiernos y la población, ciertamente entre los donantes, y aún no hemos terminado», dijo.
El brote está concentrado en un área de África occidental cuya superficie es equivalente a la de Francia, en la que viven unos 20 millones de personas y cuya infraestructura es limitada.
El ébola ha costado a los tres países alrededor de 12% de su producto interno bruto, los ha obligado a desviar recursos destinados a otros problemas de salud, y ha afectado a los negocios, ya que las personas temen salir de sus casas o acudir a los mercados.
DC | AP