El papa Francisco se presentó sorpresivamente el jueves en la Capilla Sixtina para dar la bienvenida a un grupo de 150 indigentes que recibieron un recorrido privado con guía y una cena como parte de los esfuerzos del pontífice por reforzar la caridad.
«Esta es la casa de todos. Es su casa», les dijo Francisco a sus huéspedes. «Las puertas siempre están abiertas para todos».
Hace unos días, el Vaticano anunció que la Capilla Sixtina cerraría más temprano para el público en general con el fin de permitir el recorrido privado de los indigentes. La presencia de Francisco no fue anunciada, y él solicitó que el Vaticano no diera a conocer fotografías de la visita.
Después de bendecir al grupo (y de solicitarles sus oraciones a cambio), el pontífice saludó personalmente a cada uno de los visitantes, informó la oficina de prensa de la Santa Sede en un comunicado.
La visita, a la que siguió una cena en los Museos del Vaticano, fue organizada por monseñor Konrad Krajewski, el limosnero papal.
Krajewski ha estado reforzando ese puesto, y ha supervisado la renovación de los baños públicos cercanos a la Plaza de San Pedro con el fin de instalar tres duchas y una peluquería gratuita para los indigentes. Valiéndose de los ingresos obtenidos por la venta de pergaminos papales en su oficina, también ha distribuido alimentos, bolsas para dormir y paraguas olvidados en los Museos del Vaticano a las personas más necesitadas de Roma.
DC | AP