Luego de los regímenes, que comparados con las otras dictaduras suramericanas posteriores, de Rojas Pinilla y Pérez Jiménez yo calificaría de dictablandas, se instauraron en ambos países regímenes de democracia consociacional (Lijphart, 1977) a través del Frente Nacional en Colombia y del Pacto de Punto Fijo en Venezuela (éste más flexible que el otro, puesto que no hubo por ejemplo la distribución milimétrica de los puestos públicos ni la alternancia obligada en la presidencia).
A partir de los 90 ambos países confluyen en una misma orientación del curso político:
En Colombia con la nueva Constitución se instaura un nuevo sistema, que tuvo como característica fundamental la infiltración de la izquierda del poder judicial vía la toma de la Fiscalía por la ultra de Asonal y el DAS por los ex M19.
En Venezuela el proceso viene desde los 70. Ante la derrota total de las guerrillas, el comunismo procede a la infiltración de las Fuerzas Militares, principalmente el Ejército, con un proyecto de largo plazo, ingresando en las academias militares cadetes militantes del movimiento, con la finalidad de la toma del poder por la vía armada, una vez estos infiltrados llegasen a la posición de comando (situación que eclosionó con el 4F). Paralelamente la politización de la justicia se dio con la creación del Consejo de la Judicatura, encargado de la designación de los jueces, organismo dominado por los partidos políticos.
Con la caída del Muro de Berlín, el comunismo se da cuenta de que la única vía para llegar al poder es la electoral, por lo cual se crea el Foro de Sao Paulo, que elabora su “cartilla” para esa metodología, la cual básicamente es la siguiente.
Creación de un estado de opinión antisistema y antipartidos (en Venezuela basado en la corrupción).
Fabricación de un “outsider” que capte ese descontento (Chávez)
Triunfo electoral.
Cooptación de las fuerzas políticas, gremios, empresariado, poderes estatales y medios de comunicación, que permitan crear un estado pro- constituyente.
Fraude electoral para la elección de una Constituyente.
Elaboración de una Constituyente “pret-a-porter” para el dictador.
Eliminación de los otros poderes públicos.
Instauración definitiva de la dictadura.
El triunfo de Carlos Andrés Pérez en el 88, significó la llegada de un gobierno tecnocrático que quería corregir los errores del populismo exacerbado que él mismo había catapultado en su primera presidencia. El aumento del precio de la gasolina en el 89, llevó al caracazo, especie de ensayo de una asonada por parte de la izquierda, que finalmente se llevó a cabo el 4F. El fracaso de éste, los llevó a la conclusión de que había que destruir a CAP, para poder eliminar la democracia.
Allí entra a jugar la utilización de la justicia para la defenestración de la democracia: el Fiscal Ramón Escovar Salom, vieja figura de la política (había sido canciller de CAP en su primer gobierno), encabezó la estrategia de tumbar jurídicamente al Presidente (CAP había sido advertido por el Expresidente LHC de no nombrarlo, al igual que CAP cayó en el error de nombrar una CSJ integrada por enemigos políticos suyos). A esta “manguala” se unió AD, partido del Presidente, descontento por la pérdida de poder en manos de los tecnócratas, y los grupos tradicionales de poder, incluidos grandes intelectuales y creadores de opinión, agrupados en “Los Notables”. Los medios de comunicación se volcaron en una estrategia antisistema democrático que hoy están pagando, RCTV; de Marcel Granier, tuvo por más de un año “Por estas calles” novela que era prácticamente un noticiero diario novelado dedicado a injuriar al gobierno y a los políticos en general, El Nacional de M.H Otero, era prácticamente un panfleto pro Chávez.
En mi opinión, la destitución de CAP significó la derrota de la democracia, no había la figura líder de contención de las fuerzas antidemocráticas.
Con las elecciones del 93, aparece el “Kerenski” venezolano, Rafael Caldera, quien dominado por su odio a CAP, decretó el sobreseimiento de la causa de Chávez, dándole libertad política absoluta, cuando el procedimiento correcto era el indulto, que lo liberaba, pero inhabilitándolo políticamente.
Desde la salida de la cárcel de Chávez empezó a operar la estrategia del FSP, a implementar la cartilla arriba descrita, dirigida por dos viejos tigres del comunismo venezolano: José Vicente Rangel y Luis Miquelena.
Una vez en el poder Chávez implementa la estrategia de implantación de la dictadura:
Toma del Congreso por la Guardia Nacional (todavía hay ilusos o colaboracionistas que hablan del peligro de la democracia, en mi opinión la democracia se acabó desde la toma del Congreso en el 99).
Dominio de la CSJ vía ampliación de la misma nombrando una mayoría chavista.
Etcétera.
LO IMPORTANTE ES VER EL PARALELISMO DE COLOMBIA CON VENEZUELA:
1) El hombre a derrotar acá es Álvaro Uribe.
2) Para ello se está utilizando el mismo sistema de utilización de la Fiscalía por alguien aparentemente imparcial cuando es nombrado, pero que es ficha del comunismo.
3) Uribe cometió el error de nombrar Cortes integradas por enemigos suyos.
4) Para peor el Kerenski colombiano fue llevado al poder por el propio Uribe.
5) Ya estamos a punto de la instauración de la dictadura, solamente falta el fraude en elecciones presidenciales del 18 para elegir al outsider del FSP (¿Montealegre?) y que se haga una Constituyente “pret-a-porter” para las Farc.
CONCLUSIÓN:
Es imperativo que el uribismo elabore e implemente de inmediato una estrategia de contención de la estrategia de instauración de una dictadura del FSP.
En nuestra opinión esta debe incluir una estrategia jurídica, pero que sobrepase los meros elementos judiciales y se aboque a una defensa de calle de las acciones judiciales (Petro con unos cientos de empleados, recicladores y marihuaneros lo logró, ¿cómo no lo puede hacer un partido con 800.000 mil militantes?).
Es imperativo una estrategia de contención del fraude electoral, sobre todo vía voto electrónico (principalmente biometría).
ESTAS DOS ACCIONES SON PARA ANTEAYER.
DC/ PHD Alberto López Núñez / @alopeznunez