El abogado Robert Mayer, en su tratado “Cómo ganar cualquier discusión”, desarrolla diversas estrategias para poner en práctica para salir exitoso de cualquier batalla discursiva.
El silencio
La primera clave que sugiere el autor es el silencio a falta de argumentos contundentes. Es mejor callar a decir cosas sin sentido que podrían ser contraproducentes en el futuro.
Es difícil callar cuando se cree tener la razón, pero es importante intentarlo, porque nos permitirá reflexionar el asunto en cuestión, organizar nuestras ideas y ver cómo se mueve el oponente para cazarlo en el momento oportuno.
Además de la prudencia al hablar y callar cuando sea necesario, es importante buscar los mejores argumentos para convencer al adversario e incluso sensibilizarlo con la problemática que estamos defendiendo.
Para convencer adecuadamente y con toda la legitimidad posible, no se debe pasar por encima del oponente de manera autoritaria. Con calma y mucha paciencia se puede lograr el objetivo de alzarse con la bandera del triunfo. Hacer lo contrario, siempre hará que se cuestione la manera de haber logrado la victoria.
En la táctica está la clave
Es importante aprender a discutir, a demostrar lo que se dice sin necesidad de usar la fuerza, levantar la voz o amenazar al oponente.En la táctica de guerra está la clave para ganar la batalla final, por eso es importante darse tiempo para afinar la técnica de ataque.
Si enfrentas al adversario con sutileza, ni se dará cuenta de cómo, cuándo, dónde y por qué recibió la estocada final.
Aprender a escuchar
Hay que estar atento a todo lo que dice el oponente, pues de los dichos y frases que diga hay ideas importantes a retomar, destacar y reusarlas para complementar lo propio.
No se trata de adueñarse de las opiniones de los demás o de repetirlas sin sentido. Hay que buscarles conexión con lo propio, para darle su lugar al adversario, pero también para tenerlo entre las manos.
Esta es una táctica de políticos y diplomáticos que resulta eficaz si se emplea con toda naturalidad.
El que se enoja pierde
Cuando los ánimos se exaltan y la gente se enoja, es posible vaticinar una derrota, por lo que es necesario mantenerse tranquilo pese a las adversidades, los ataques del oponente o las debilidades de carácter.
Para detener la pelea, no hay mejores ingredientes que estar consiente en todo momento de que jamás se puede tener toda la razón; expresarse con claridad y de manera relajada; incitar a preguntar; dar respuestas rápidas y contundentes; mantener el contacto visual; debatir lo importante; aprovechar los errores ajenos; no descalificar tan a la ligera y documentarse bien sobre el tema en cuestión.
Conocerse a sí mismo
Aunque suene a cliché, es importante conocerse a sí mismo, para poderse anticipar a los posibles ataques y defenderse de la mejor forma posible.
Cuando hay seguridad, el oponente se verá obligado a pensar más de dos veces cómo atacar.
Tener el mayor conocimiento de sí, también ayudará a entender cualquier derrota que se pueda presentar.
DC | Msn Dinero