Todos los países del mundo, incluida Inglaterra, sienten aversión a los Estados Unidos. A las grandes masas populares no les gustan los Estados Unidos. El Japón tampoco los quiere, porque sufre su opresión. Ninguno de los países de Oriente ha quedado a salvo de la agresión norteamericana. Los Estados Unidos han invadido la provincia China de Taiwán. Japón, Corea, Filipinas, Viet Nam y Pakistán son todas víctimas de su agresión. Traigo estos señalamientos de Mao Tse Tung, dado a dos periodistas latinoamericanos un 14 de julio de 1956, para dejar bien claro que la crisis con Obama, este gobierno no la va a resolver tan fácil, así le cante la Murga de Panamá.
Enfrentar discursivamente al imperio norteamericano, pero a hurtadillas mantener alianzas propias de Estados capitalistas con las transnacionales petroleras, revelan la gran debilidad y la poca credibilidad del gobierno, en torno al tema de la soberanía nacional y energética. Fue el ausente Comandante, quien impuso la estrategia de: entre más discurso anti yankee más acuerdos con las petroleras gringas. Cuenta de esto son los convenios por 30 años de explotación gasífera en la Plataforma Deltana, a las empresas: Statoil, Chevron, British Petroleum, Exxon y Mobil.
En la última reunión de la ONU donde el imperio se confrontó con el mundo por el caso cubano, un total de 188 países votaron a favor de la condena categórica al bloqueo económico, comercial y financiero, que por más de 50 años, de forma injusta le impuso a Cuba; sin embargo el ahora buen amigo de los Castros, rechazó el multitudinario voto cuestionador. Asi las cosas, nada indica que las entredichas millonarias firmas de patriotas, harán que en el Istmo Obama baje la cerviz y nuestro presidente Nicolás Maduro de vuelta nos traiga ese regalito victorioso.
Imperio que se respeta no deroga por simple petición de los abajos firmantes, una decisión como la recién tomada por el jefe de la Casa Blanca. Alguien pudiera preguntarse que tiempo llevó a Irán y el Pentágono acordarse sobre la guerra nuclear, y se dará cuenta que tardaron más de 60 años, después que ese país iniciara su programa nuclear bajo el mandato del Shah Mohammad Reza Pahlevi, para que los EE UU y la Unión Europea, anunciaran el levantamiento de las sanciones económicas y financieras a Irán, sólo si se demuestra el cumplimiento de las condiciones y los plazos del acuerdo por parte de Irán.
En este embrollo de la declaratoria de Venezuela como una amenaza a los intereses de la nación norteamericana, con todo y la prepotencia imperial, al señor del norte las cosas no le han salido a la perfección. Al igual que Cuba en su momento, Venezuela ha logrado una inusual solidaridad del Movimiento de Países No Alineados, del Grupo de los 77 más China, de la comunidad de América Latina (UNSAUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), así como de los países miembros del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Comunidad del Caribe (CARICOM).
No comparto las firmas compulsivas sin la verificación pública de las mismas, para confirmar que a nadie le suplantaron su voluntad. Tampoco comparto tanta alharaca antiimperialistas, de quienes a nombre de la patria pretenden ocultar delitos de derechos humanos, narcotráfico y corrupción; pero al igual que la comunidad internacional, solicito a Barak Obama que entienda que a este continente no le puede seguir dando el trato de los tiempos de la Doctrina Monroe, y menos pretender imponernos el silencio imperial, del cual hoy son víctimas los altos dirigente de la MUD.
DC/ Abog. Douglas Zabala/ @douglazabala