La Justicia iraní ha acusado formalmente al corresponsal en Teherán del diario estadounidense The Washington Post, Jason Rezaian, de espionaje y otros tres delitos graves, según indicó al diario su abogado.
El corresponsal jefe del Post
en Teherán, iraní-estadounidense, ha sido acusado de recopilar información interna y sobre la política exterior iraní y proveerla a «individuos con intenciones hostiles», así como de colaborar con «gobiernos hostiles» y hacer «propaganda».
La lista de cargos fue enviada al periódico por Leila Ahsan, abogada defensora del periodista.
El Tribunal Revolucionario que se encarga del caso de Rezaian no ha divulgado aún oficialmente los cargos presentados contra el periodista, detenido desde el pasado 22 de julio en la prisión de Evin, lugar de encarcelamiento de presos políticos.
El Departamento de Estado dijo no tener constancia oficial de que las autoridades iraníes hayan presentado cargos contra Rezaian.
Irán no reconoce la doble nacionalidad ni el cambio de ciudadanía de sus nacionales.
La portavoz en funciones del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo hoy que, si las informaciones son ciertas, «esas acusaciones son absurdas», y el reportero «debería ser liberado inmediatamente y los cargos retirados».
Poco después, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, se pronunció exactamente en los mismos términos que Harf y sostuvo que, de confirmarse la acusación, los cargos contra el periodista «son absurdos» y deberían ser «desestimados de inmediato».
La abogada del periodista explicó que los cargos derivan de su trabajo en una historia periodística en el país.
«Jason es un periodista y la naturaleza de su profesión es obtener acceso a información y publicarla», explicó Ahsan, quien negó que su cliente haya accedido a información clasificada para compartirla con terceros.
El director del Washington Post, Martin Baron, aseguró que los cargos contra el periodista son «absurdos e insultantes» y pidió que se retiren todos las acusaciones contra Rezaian y su esposa, Yeganeh (Yegi) Salehi, en libertad bajo fianza.
«Los cargos inventados por el sistema judicial iraní contra Jason y Yegi son propaganda, no justicia», aseguró Baron.
DC | EFE