Ante la ausencia de gobernanza en la mayoría de los municipios del Zulia, presentamos algunas reflexiones y propuestas enfocadas en la Agenda 21 de las Ciudades, las cual podría ser de referencia útil para los alcaldes, apostando desde esta tribuna, que el éxito de una gestión pública representa el bienestar de los ciudadanos y el fortalecimiento de la Democracia.
La Agenda 21 de la Ciudad o Agenda 21 Local (A21L), “es el plan de acción para el desarrollo sostenible de la ciudad, basado en el conjunto de iniciativas y procesos económicos, sociales y ambientales, que articula, integra, cohesiona y da coherencia a los planes municipales y sectoriales, así como a los planes de las organizaciones de la sociedad civil, actuando como verdadero plan marco concertado para la realización de los roles que corresponde a cada quien” es decir a todos los actores que intervienen en el municipio.
Inicialmente los gobernantes locales deben tener bien claro que su compromiso es con los ciudadanos, y su misión principal es defender los derechos, las libertades, la igualdad, la solidaridad, y la justicia. Deben velar por que se cumplan los principios del Estado de Derecho, la participación democrática y el bienestar económico y social desde su ámbito local, es decir el alcalde se convierte en la primera referencia del gobierno más cercano a la gente.
Por lo tanto la actividad política del alcalde debe estar dirigida a resolver los problemas de los ciudadanos, sobre todo a garantizarles una mejor calidad de vida, a través de la prestación de servicios públicos de excelencia que permitan un mejor vivir, concentrados en el concepto de ciudadanía, el cual engloba los derechos y las libertades que protegen a cada ciudadano; y la calidad de ciudadanía hace referencia a la solidez, alcance y efectividad de estos derechos y libertades.
Hablar de calidad de ciudadanía, es en consecuencia, hablar de poner las bases para garantizar que todos los miembros de la sociedad, todos los ciudadanos, disponen de las mismas atribuciones, derechos, deberes y libertades, para desarrollarse plenamente y con autonomía. Y la ciudadanía exige una administración transparente, un alcalde dispuesto a no traicionar la defensa del pueblo y una sociedad comprometida, critica y que exija responsabilidades cuando le corresponda.
El alcalde debe comprometerse a desplegar y hacer efectivo en toda su extensión los principios de información y rendimiento de cuentas del poder local a los ciudadanos, velando por la independencia y la transparencia de los recursos del municipio, con una evaluación rigurosa y objetiva, de forma que el ciudadano pueda conocer razonablemente el uso y el destino del presupuesto público, que es de todos ciudadanos.
Los ciudadanos tienen derecho a conocer las cuentas del municipio, a ser coparticipes en la toma de decisiones presupuestaria, a saber las obras de inversión, las prioridades y proyectos a ser desarrollados, es decir el alcalde debe gobernar con los ciudadanos, convirtiéndose ellos en los protagonistas de la gestión local, quienes marquen la agenda y establezcan las prioridades de inversión para la ciudad, bien como se establece en los “presupuestos participativos”.
El alcalde debe estar cerca al ciudadano, eliminando la opacidad de la política y adoptando iniciativas que aumenten la capacidad de decisión de los ciudadanos frente a las instancias del gobierno local. El alcalde debe darle prioridad a la seguridad, a lograr la eficiencia gerencial en materia de aseo urbano, vialidad, transporte, gas, drenajes y el desarrollo integral de las parroquias más necesitadas de la ciudad.
En concordancia a estas reflexiones el alcalde debe tener un Plan de Acción para el desarrollo sostenible de la ciudad, debe orientarse a construir una ciudad para todos, presentar propuestas, ideas y estrategias concretas para lograr una ciudad habitable, vivible, segura y sustentable, abriendo espacios para el ejercicio de la libertad, la creatividad y el gozo de sus habitantes; una ciudad para la gente, que la imaginen, la vivan, la disfruten y la transformen, en donde los ciudadanos se reinstalen en el centro de las decisiones, como lo plantea el Plan de Planificación y Gestión de la Agenda 21 de las Ciudades.
DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo- Abogado / dialogopublico@gmail.com / @alfonsozulia