José A Rodríguez, un obrero de la construcción sin trabajo en estos momentos, no le importó dar su nombre cuando le preguntaron si tuvo suerte de conseguir pollo porque está escaso desde hace dos meses y restringido. «No me costó mucho. En la cola me dieron el numerito del pollo pero antes tuve que firmar en la lista de Obama», respondió.
Desde hace dos semanas el presidente Nicolás Maduro no para de lanzar su arenga antiimperialista por la radio y la televisión. El objetivo de su campaña es recaudar un mínimo de 10 millones de firmas para derogar el decreto de Obama que sanciona a siete funcionarios venezolanos y declara a Venezuela como «una amenaza para la seguridad de los EE.UU.
«Esta es una exigencia. Si nosotros queremos paz en la patria vayamos casa por casa, caserío por caserío. Que se despierte el que se durmió. Y que se active el que está despierto. Y que vayamos juntos, así como yo los vi en las calles de San Carlos», dijo el mandatario.
«Si usted quiere paz, despierte, vaya y firme. Para que cuando yo llegue a Panamá, dentro de una semana o más, y vea a Barack Obama, yo le diga, más de 10 millones del pueblo ha dicho Obama no somos una amenaza, somos esperanza, somos patria, somos independencia», recalcó.
Maduro piensa asistir entre el 10 y 11 de abril a la Cumbre de las Américas que se va a celebrar en Panamá. Afirma que ya lleva unas 6 millones de firmas pero no cuenta cómo las ha conseguido. Según denuncias de Provea y otras ONG, el gobierno ha recurrido desde la coacción a perder el empleo en la administración pública, al reparto de pollo, leche, jabón de lavar y otros productos escasos hasta las visitas de casa por casa, las universidades y los cuarteles para que la gente firme bajo presión.
DC | Abc.es