Todos los venezolanos, hemos sido testigos de la trayectoria de lucha política, social, cívica, democrática y constitucional de Antonio Ledezma; él desde sus años de estudiante de educación media y diversificada, como se le llamaba, en el Liceo Juan Germán Roscio de San Juan De Los Morros en el estado Guárico, demostró su inclinación por la actividad política y una prueba inequívoca de ello, fue su incursión en las lides estudiantiles, que lo llevaron a ocupar las posiciones estelares en la conducción del centro de estudiantes, figura que comenzaba a elegirse en las distintas instituciones educativas, como una acertada forma de transitar el camino de la perfectibilidad de la incipiente democracia, que se había instaurado en nuestro País, a partir del 23 de enero de 1958, con la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
La larga, dilatada y exitosa carrera política del SECUESTRADO Alcalde Metropolitano de Carcas, se remonta a finales de la década de los años sesenta y de forma ininterrumpida se ha mantenido, porque gracias a su tesón, entrega, abnegación, capacidad, coraje y lealtad a la democracia, logró el respaldo de su pueblo, para alcanzar, prácticamente todas las posiciones de representación popular, tanto de su estado natal, como de los caraqueños, donde fijó su residencia, desde comienzos de la década de los 80. Ledezma fue nombrado por el Presidente Carlos Andrés Pérez gobernador del entonces Distrito Federal, que por cierto nunca debió perder su nombre, donde desempeñó una labor encomiable que todavía los caraqueños recuerdan con afecto, ha sido electo por el voto popular Diputado, Senador, Alcalde Municipal y Alcalde Metropolitano en dos ocasiones y su conducta de hombre decente y amistoso, es reconocida por propios y extraños, su manera cristalina y transparente de manejar los asuntos públicos, lo ha hecho acreedor de reconocimientos nacionales e internacionales; ha administrado la cosa pública con probada honestidad, al punto que ni en el pasado ni en los 16 años de secuestro de los poderes públicos y donde la corrupción administrativa ha sido una endemia, nadie ha podido señalarle ni enrostrarle, hecho alguno que comprometan su honorabilidad y su condición de gerente exitoso.
Si Nicolás Maduro lo conoce desde los tiempos que trabajaba en el Metro De Caracas, porque ya estaba en la palestra Nacional, si Aristóbulo Istúriz fue quien le entregó la Alcaldía de Libertador en 1995 cuando lo derrotó en buena Lid, si el resto de la dirigencia reconocida del régimen conocen del carácter civilista y pacífico de Ledezma y si jamás se le ha conocido como agente del golpismo y mucho menos del terrorismo, porque todas sus victorias y posiciones alcanzadas, han sido por los métodos democráticos y electorales, entonces como estos señores se prestan para acometer y mantener este exabrupto judicial, de tenerlo preso e incomunicado, como si se tratara de un peligroso personaje similar a los que actúan desde organizaciones como Sendero Luminoso, Las FARC u otros que buscan el poder por la fuerza, la violencia o la muerte.
Venezuela y el mundo esperan por una rectificación urgente de Maduro y él régimen en esta materia de derechos humanos, no es posible seguir permitiendo la Cárcel de Ledezma, Ceballos, López, los Estudiantes y el resto de los presos políticos; porque estos delitos de lesa humanidad que están cometiendo y que son similares a otros practicados por regímenes de la misma calaña que han imperado en el mundo, sus autores tendrán que rendir cuentas en tribunales imparciales y justos, tanto en nuestro País, como en la Haya y el resto mundo donde han sido designados para esos fines, ya que no prescriben.
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex Parlamentario del estado Sucre / Petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP