La confederación General de Trabajadores de Perú (GGTP) convocó este viernes a un paro nacional para el 9 de julio como protesta para reclamar una ley general del trabajo y el aumento del sueldo mínimo hasta los 1.500 soles (unos 480 dólares), el doble de los 750 soles (unos 240 dólares) actuales.
La presidenta de la CGTP, Carmela Sifuentes, anunció la convocatoria del paro nacional durante su alocución en la manifestación por el Día del Trabajador, en la que también participaron los afiliados a la Central Unitaria de Trabajadores del Perú (CUT).
Cientos de personas participaron en una marcha que partió desde el Campo de Marte y recorrió las avenidas del centro de Lima hasta finalizar en la plaza 2 de mayo.
Sifuentes explicó que el paro nacional es para exigir al Gobierno una «ley general del trabajo, que sea justa y que corrija la desigualdad (generada) por el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), profundizada por los Gobiernos posteriores».
La dirigente del sindicato también justificó la huelga para reclamar el aumento de la Remuneración Mínima Vital (RMV) para que se equilibre con el costo de la canasta básica familiar, fijado según el sindicato en 1.500 soles mensuales.
Actualmente, el sueldo mínimo está fijado en 750 soles después de que el presidente peruano, Ollanta Humala, lo elevara en 150 soles entre 2011 y 2012, durante la primera etapa de su mandato. Cuestionado por la petición del incremento del salario mínimo, Humala señaló hoy en los medios locales que es un asunto que debe valorar el Consejo Nacional del Trabajo.
«Hay que entender que el aumento del sueldo mínimo no lo paga el Estado, sino las empresas, y tiene que haber un equilibrio sin que haya una precarización del trabajo, para que los que ahora están formales, no pasen al empleo informal», comentó Humala.
Otras reivindicaciones que se presentarán en el paro nacional del 9 de julio serán «las derogatorias de los decretos que promueven los despidos colectivos», añadió Sifuentes.
«Este año nos encontramos con un panorama político y laboral difícil, pero lo afrontamos con optimismo por las movilizaciones del fines del año pasado», dijo Sifuentes, en referencia a las protestas contra la ley juvenil laboral, derogada después de varias manifestaciones en Lima.
Las marchas por el Día del Trabajador también se repitieron en otros puntos del país como la ciudad de Chiclayo, a 780 kilómetros al norte de Lima, donde los afiliados a la CGTP escenificaron la crucifixión de un trabajador bajo la leyenda «los derechos laborales son irrenunciables».
«Demandamos que el Gobierno atienda nuestras demandas de sueldos y pensiones dignas, así como que el aumento de la RMV y la ley del trabajo sean una realidad», señaló el secretario de la CGTP en Chiclayo, Wilmer Antón.
DC | EFE