El grupo Estado Islámico (EI) se hizo ayer con el control de la ciudad de Al Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, situada a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, y sorprendió así al Gobierno iraquí, que se preparaba desde abril para expulsar a los yihadistas de esta región.
La caída de Al Ramadi, asediada desde hace varios días por el EI ante la impotencia de las autoridades de Bagdad, se hizo efectiva después de que ayer cayeran en sus manos de forma consecutiva la sede de la Comandancia Militar de Al Anbar, situada en el oeste de la ciudad y el cuartel de la VIII Brigada del Ejército, el último reducto que seguía bajo poder de las fuerzas gubernamentales.
Por su parte, el EI, que anunció la caída de Al Ramadi en un comunicado difundido en varios foros yihadistas, reveló que decenas de soldados iraquíes murieron durante los combates que precedieron a esta nueva conquista del grupo, que controla desde el pasado verano Mosul, la segunda ciudad más grande del país.
Según los extremistas, en el interior de las instalaciones que daban cobijo a la VIII Brigada se ubicaba un batallón de tanques y otro de lanzacohetes, aunque no precisaron si lograron capturar nuevo armamento.
La ocupación de Al Ramadi por los yihadistas supone un duro revés para el Gobierno iraquí que anunció después de la liberación de la provincia vecina de Saladino, el pasado 31 de marzo, que su siguiente objetivo era la expulsión de los combatientes del EI de Al Anbar.
DC | EFE