Si los objetivos del famoso “Chip” de la gasolina eran fastidiar la vida de los ciudadanos, someterlos a largas colas para su instalación, presentar cualquier cantidad de papeles absurdos sobre los vehículos y hacerles perder un día de trabajo, entre muchas otras molestias; puedo afirmar que el “Chip” es un rotundo éxito.
Pero en el fondo el “Chip” ha sido un completo fracaso. En nada ha disminuido el contrabando de combustible, en buena parte porque no hay una efectiva acción de parte de los cuerpos de seguridad y las Fuerzas Armadas en la lucha contra este ilegal negocio, que aporta ganancias exorbitantes a quienes se dedican a él en sus diversas escalas jerárquicas, por llamarlo de alguna forma.
El Chip fracasó porque no se tomaron las medidas pertinentes para facilitar al ciudadano su instalación. Nunca se abrieron centros suficientes para su colocación, lo que generó el colapso de los existentes e interminables colas de ciudadanos que pierden entre 6-8 horas para terminar con tan ardua faena. Pero además se crearon barreras casi que impenetrables como la documentación exigida para autorizar su uso.
El Chip fracasó porque no hay una merma en el bachaqueo y eso es evidente cuando se pueden ver, sin ningún problema, los vehículos de gran capacidad de carga de gasolina en las filas de las estaciones de servicio. Todos sabemos quiénes son los bachaqueros, pero nadie con autoridad hace algo para evitar su accionar.
El Chip, como lo alertamos desde sus inicios en el año 2012, nunca ha sido la solución al problema y más bien siempre dijimos que se convertiría en una molestia más que el gobierno les causa a los ciudadanos. Es parte de la política de castigo a los estados fronterizos como el Zulia y Táchira.
De hecho advertimos a los zulianos que Francisco Arias Cárdenas apoyaría la aplicación del “Chip” en el caso de ser electo como Gobernador y no nos equivocamos, porque él es el principal promotor de esa medida. En su momento nos opusimos y logramos su paralización. Pero luego Arias Cárdenas lo reactivó.
Nada se hace con someter a zulianos y tachirenses a ese control, si aquí el negocio incluye la compra de gandolas que transportan gasolina. Nada se hace si funcionarios corruptos de la misma PDVSA fomentan el negocio ilícito. Nada se hace si algunas “autoridades” aceptan grandes sumas de dinero para no mirar cuando se trasladan los cargamentos de combustible.
La solución más viable y práctica que no incluye la tortura sicológica al pueblo, es cerrar las fronteras pero no sólo la terrestre, sino también la marítima porque de nada sirve evitar el traslado por los pasos fronterizos, si a través de nuestras costas se fuga más del doble de los miles y miles de litros diarios que son comercializados ilegalmente.
La gasolina es otro drama para los venezolanos, porque además del “Chip” hay escasez. No están suministrando las cantidades necesarias para todas las estaciones de servicio y esa es otra razón más que genera las largas colas que obligan al ciudadano a emplear 2-3 horas cada vez que necesite llenar el tanque de su vehículo.
Definitivamente el “Chip” es un fracaso y su obligatorio uso debería ser derogado inmediatamente. Esa no es, ni será la solución. Eso es sólo uno más de la serie de castigos que el Gobierno nacional le aplica al pueblo.
DC / Abog. Pablo Pérez Alvarez / Ex Gobernador del Zulia / @PabloPerezOf