Prestado, proscrito, recuperado, resucitado y devuelto. Chicharito Hernández llegó al Real Madrid sobre la bocina del mercado de fichajes -un 31 de agosto por la tarde-, en una operación relámpago del club blanco después de que Carlo Ancelotti se pasara los tres meses del verano reclamando el fichaje de un delantero.
Nadie en las oficinas del Bernabéu le hizo caso a Carlo de la necesidad de tener un delantero suplente de cierto nivel para dar un respiro a Benzema, que ha acabado la temporada tocado primero en la rodilla y luego muscularmente agotado. Ancelotti no paró de pedir otro 9 («necesitamos otro Morata»), pero era predicar en el desierto. Florentino había puesto un candado en la caja fuerte después de pagar más de 80 millones por James y casi 25 por Toni Kroos. La única prioridad del presidente era vender a Di María al mejor precio posible para equilibrar las arcas del club de Concha Espina.
Sin Morata traspasado a la Juve, con Di María en venta y la incógnita de Jesé en plena recuperación de una grave lesión de rodilla, Ancelotti sabía que sería imposible jugarse toda la temporada -entonces el Madrid aspiraba al famoso sextete- con tres delanteros y nada más: Bale, Benzema y Cristiano.
Sea por la insistencia de Ancelotti o por la capacidad de improvisación del Madrid, al final llegó Chicharito el último día del mercado, un futbolista con experiencia en el Manchester United, que en su momento tuvo una proyección de estrella mundial, pero cuya carrera había ido decayendo lentamente en las últimas temporadas.
Chicharito no era el jugador que había pedido Ancelotti, pero Carlo calló. En los dos primeros tercios de la temporada, el técnico apenas utilizó al delantero, hasta el punto que el jugador reclamó minutos en una concentración con su selección: «Mi situación es frustrante. Ayudo en los entrenamientos, pero en los partidos las oportunidades son mínimas. Estoy en un equipo, pero fuera de lo importante, de los partidos».
Al final, Chicharito tuvo sus minutos y fue importante, sobre todo con aquel gol en el partido de vuelta de los cuartos de la Champions ante el Atlético. Fueron sus 15 minutos de gloria. Su paso por el Madrid en cifras se resume en 33 partidos (12 como titular), 1.357 minutos y 9 goles. Acabada la temporada, el Madrid ha decidido que no ejercitará la opción de recompra y volverá al United. Que le vaya bonito.
DC | Marca