Er Conde del Guácharo bachaquea para hacer reír

Cada vez que Benjamín Rausseo se sube a un escenario su corazón se detiene y empieza a latir el de «Er Conde del Guácharo». Desde hace treinta años comparten un mismo cuerpo y la misma cuenta bancaria, esa que crece con cada carcajada del público.

Los fanáticos que escuchaban sus cassettes camino a la playa o que veían sus ocurrencias en Sábado Sensacional podrán reencontrarse con el hijo de Albertina desde mañana, cuando comienza la gira aniversaria por 15 ciudades del país, que luego llevará a Estados Unidos y España.

El tour, que tenía previsto iniciar en abril, tuvo que ser reprogramado luego de que Rausseo viera su salud comprometida. “No fue un infarto, como se dijo, pero estuve muy complicado. En ese momento solo pensaba en todas las cosas que me faltaban por hacer. Me dio una subida de tensión junto con una infección intestinal. Pero Dios me recargó el saldo. Hay Conde pa’ rato”, dice el comediante, que tuvo que hacer algunos ajustes en su vida diaria.

“Cambié mis hábitos alimenticios y licorísticos. Me quitaron un poco e’ real en la clínica. Al no tener dinero no puedo hacer mercado. Estoy comiendo como los chivos, pura hoja. Ya he rebajado 8 kilos”, cuenta el también abogado, que se burla hasta de su enfermedad en el show, en el que lo acompañarán Wilmer Ramírez, Juan Ramón “el Maracucho” y la Orquesta Filarmónica de Musipán.

La capacidad de traducir las circunstancias actuales en comedia ha sido la clave de su supervivencia a lo largo de tres décadas. “Si la semana que viene hay una invasión de marcianos, tengo que hacer chistes de eso”, señala.

Con lo que procura no jugar es con temas sensibles. “No me meto con el racismo, lo hice muchas veces. Ya no digo negro sino afrodescendiente, pero es el mismo negro. Sé que en el pasado cometí muchos excesos con mi acidez”, reconoce. Afirma que el tema que siempre le funciona es el del matrimonio, pues “todo el mundo tiene una cuaima”.

Considera que desde que se puso por primera vez las alpargatas de Er Conde hasta ahora su humor se ha refinado. “Procuro no decir tantas groserías como antes porque están caras y escasas, las bachaqueo. Ahora hago humor inteligente con las referencias históricas que me da lo poco que he leído”.

Su álter ego secuestró su propia identidad. “Benjamín se parece físicamente mucho a Er Conde. Por eso cuando me ven en la calle me dicen: ‘Estás muy serio’. No los culpo ni me pongo bravo, porque fueron ellos los que oraron por mí durante mi enfermedad”.

El presidente Nicolás Maduro fue uno de los que deseó su pronta recuperación en cadena nacional. “Yo me he metido con todos los presidentes, él no es la excepción. Al que más jodí fue a Hugo Chávez, porque echaba mejores chistes que yo. Le dije: ‘Presidente, ni usted echa chistes ni yo gobierno’. Como no me hizo caso, me lancé a candidato”.

Esas aspiraciones siguen latentes. No le interesa un cargo de diputado, quiere el plato fuerte. “Me gustaría que ganaran las parlamentarias los que van a ir a la Asamblea a discutir y no a pelear el destino del país”.

No piensa abandonar Venezuela. “Acá me quedo. Tenemos varios proyectos empresariales. Ampliaremos la línea de Alimentos Er Conde con salsa de tomate, mayonesa, té y jamón endiablado. También queremos hacer un parque temático en cada ciudad de Venezuela”.

En junio inaugurará uno de estos complejos en El Tigre. Estará ambientado en la novela Oficina Nº 1 de Miguel Otero Silva.

Actualmente produce su próxima película: Bachaqueros y furiosos.

 

Fuente: DC| EN

 

 

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