La tragedia del Mineirao va a estar todavía muy fresca. Y agravará la herida causada por el hecho de que Brasil nunca ha ganado el torneo olímpico.
Relegado tradicionalmente a un segundo plano por el atletismo, la natación y el mismo básquetbol, el fútbol podría terminar siendo la gran atracción de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del año que viene.
El torneo olímpico de balompié no genera tanto interés, sobre todo en las fases iniciales, porque participan solo jugadores menores de 23 años, con tres excepciones, y los clubes se resisten a ceder a sus astros.
Pero en la tierra del fútbol, todas las miradas estarán puestas en la campaña de Brasil en procura del único título importante que nunca ha ganado.
A un año de la justa, ya hay interés en los partidos y los organizadores dicen que las entradas para el fútbol figuran entre las más requeridas.
«El fútbol es una pasión nacional para los brasileños y el deporte ayudará mucho a generar interés en los Juegos Olímpicos», afirmó el presidente del comité organizador local Carlos Nuzman.
Los partidos se jugarán en estadios construidos o renovados para la Copa Mundial del año pasado, en la que Brasil terminó cuarto luego de perder 7-1 con Alemania en las semifinales en el estadio Mineirao de Belo Horizonte y 3-0 ante Holanda por el tercer lugar. Una victoria brasileña ayudaría a superar el mal trance.
Brasil se muestra dispuesto a contar con los mejores jugadores posibles y el técnico de la selección mayor dijo que espera tener a Neymar en el equipo. Neymar integró el conjunto verdeamarelo que perdió 2-1 la final del 2012 ante México en Londres.
«Nos falta este oro», declaró Dunga por Sport TV. «Es lo que queremos todos. Brasil ganó cinco títulos mundiales y ahora vamos por este oro. Llegaría en el momento justo».
Dunga conoce de primera mano las frustraciones olímpicas. Integró el equipo subcampeón de 1984 en Los Angeles y dirigió el conjunto que se llevó el bronce en Beijing en el 2008.
«Siempre va a haber presión, sin importar dónde juegue Brasil», sostuvo Dunga. «En casa nos tendremos que ganar la confianza de los aficionados. Dependerá de nosotros jugar bien y tener a la torcida de nuestro lado».
Brasil jugó la final olímpica masculina tres veces, cayendo ante Francia en Los Angeles, ante la Unión Soviética en Seúl y frente a México en Londres.
A un año de los juegos, ya ha habido algunos problemas con el fútbol, la única competencia que tiene partidos fuera de Ríio.
Los encuentros programados en Sao Paulo estuvo en duda por un tema de costos. El tema se resolvió ampliando el plazo para la venta de entradas.
La FIFA, por otro lado, se opuso al uso de Manaus, a 3.000 kilómetros de Río, por considerar que estaba demasiado lejos, pero posteriormente aceptó esa sede. También habrá encuentros en Salvador, Brasilia y Belo Horizonte.
DC | AP