El fundador del ultraderechista Frente Nacional (FN) francés, Jean-Marie Le Pen, se mostró este miércoles confiado en que la formación que planea crear para corregir los errores de ese partido atraiga a miles de militantes y «vuelva a poner la locomotora en marcha».
«Sé que mi iniciativa alivia a muchos que no se encuentran a gusto» con la actual línea seguida por el FN, dijo en una entrevista al canal BFM TV, en la que aseguró que su objetivo no es electoral, sino político, destacó Efe.
El líder histórico de la ultraderecha gala, suspendido de militancia en el FN el 4 de mayo en respuesta a sus últimas provocaciones, anunció la creación de esa formación el lunes e insistió hoy en que esta buscará «reequilibrar ese movimiento», que a su juicio ha «descarrilado» por influencia del número dos, Florian Philippot.
Philippot está «devorado por la ambición de estar en el poder», criticó Le Pen, quien consideró que su hija Marine Le Pen, actual presidenta del partido, es «cómplice» de la operación que le ha apartado de la agrupación.
El castigo decretado por el buró ejecutivo del FN, la máxima instancia de dirección, se vio precipitado por una entrevista en la revista ultraderechista Rivarol donde Jean-Marie aseguró que las cámaras de gas son un «detalle» de la Historia y que el mariscal Philippe Pétain, colaboracionista con los nazis, «no fue un traidor».
«Jamás he aceptado el principio de línea roja. Soy adversario del pensamiento único. Asumo que pueda molestar a algunos», sostuvo el patriarca del clan Le Pen, quien criticó que se resuma toda su trayectoria política en una colección de frases polémicas.
El fundador del FN subrayó que no habla con la intención de «herir a nadie», sino de decir lo que piensa, y agregó que mientras se mantenga capaz de luchar por las ideas que ha defendido siempre lo seguirá haciendo.
El anuncio de su nuevo proyecto agravó la crisis interna desencadenada en este partido, creado hace 42 años, y aunque Le Pen padre admitió que quiere reconciliarse con su hija, recalcó que él solo se ha defendido de sus ataques y que asume el riesgo de que la política pase por encima de su propia familia.
«Seguiré con esta actitud hasta la muerte. Y espero vivir mucho tiempo», concluyó el todavía presidente de honor del FN, de 86 años de edad.
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