Un estudio realizado por un laboratorio de Nuevo México, determina que la barba de un hombre tendría las mismas baterías que un retrete público, incluyendo los gérmenes desprendidos de los excrementos humanos.
John Golovic, microbiolólogo, es el artífice de la prueba de vello que hizo a unos voluntarios. Los resultados fueron transmitidos bajo el título de «Beards are as dirty as toilets». Entre esas conclusiones, definió las 20.000 bacterias que se alojaban en el bello de los voluntarios como «algunas parecidas a las que se encuentran en las heces»
Fuente: DC| Atlántico