El pasado viernes 15 se conmemoró el Día del Empleado Universitario en LUZ, como recuerdo de la fecha en la cual se fundó, hace 51 años, la más antigua de las organizaciones gremiales que los agrupa (ASDELUZ). Esa organización caracterizada siempre por su combativo e indoblegable espíritu de lucha, por las reivindicaciones de sus miembros, la cual, conjuntamente con otras organizaciones de la misma índole, que se constituyeron con posterioridad, ATALUZ y SIPROLUZ, constituyen las trincheras de lucha de nuestros empleados, no sólo para reclamar sus derechos, sino también para bridar sus valiosos aportes al desarrollo organizacional.
Y ciertamente, el empleado universitario hoy, no sólo es fundamental para el desarrollo de los diversos procesos que debe cumplir la universidad, sin cuyo concurso, sería imposible realizarlos, sino que él representa de hecho, un importante depositario de la cultura organizacional, convirtiéndolo en componente fundamental de su capital humano e intelectual, cuyas competencias y responsabilidades crecen cada día, como consecuencia de los niveles de formación que ellos mismos han alcanzado por su propia iniciativa.
Por esa circunstancia, podemos sentirnos orgullosos de nuestros empleados y exigir a la institución el diseño de políticas integrales que propendan a su formación, en conocimientos y valores, para que se incremente cada día su vocación de servicio y sentido de pertenencia, desarrollando para ellos ambientes de trabajo adecuados que estimulen también su creatividad y espíritu innovador y que puedan ofrecer al máximo, sus potencialidades en favor de la excelencia universitaria, de su prestigio y de la defensa de sus principios.
Sabemos que estamos en momentos de dificultades y que el deterioro que experimentamos en nuestros niveles salariales y en nuestras condiciones de vida y de trabajo, no contribuyen a crear el mejor escenario para ofrecer con entusiasmo nuestros mejores aportes, pero es necesario avanzar y luchar para alcanzar salarios acordes con el impacto inflacionario, impulsar los ajustes necesarios para que se cumpla plena y transparentemente el sistema de carrera, estimular y posibilitar la formación laboral continua, así como el mejoramiento de los servicios de salud, entre otros. Así podremos lograr que nuestros empleados ofrezcan con entusiasmo su invalorable contribución a las diversas funciones universitarias: docencia, investigación y extensión, dentro de un clima organizacional acorde con las organizaciones inteligentes de la postmodernidad, a la cual debemos marchar con el concurso de todos.
Las luchas libradas a lo largo de estos 51 años dan cuenta de los logros alcanzados y constituyen un referente para que, a través del fortalecimiento de la unidad gremial, se planteen nuevos escenarios, roles y responsabilidades en las diversas áreas del quehacer universitario que, con espíritu innovador, será necesario explorar. De las grandes crisis pueden surgir grandes oportunidades. Estamos ante esa realidad y con seguridad, nuestros empleados universitarios no se quedarán rezagados. Por eso, debemos felicitar hoy con cariño a los empleados de LUZ, activos y jubilados, así como a sus líderes que los representan en los diferentes escenarios de la acción gremial
DC / César Ramos Parra / Profesor Universitario / @cesarramosparra