Cientos de australianos llenaron los alrededores de la Opera de Sydney este jueves para despedir al príncipe Enrique de Inglaterra en el final de su mes de entrenamiento con el ejército de Australia.
El príncipe, que el mes que viene pondrá fin una década de carrera en el ejército británico, participó en un ejercicio militar en el puerto de Sydney antes de hablar con docenas de estudiantes de primaria que reían nerviosos en las escaleras de la Opera.
Más tarde firmó autógrafos, se tomó fotos y estrechó manos a cientos de entusiastas de la realeza, varias de ellas con carteles pidiéndole matrimonio y lanzándole cumplidos por su imagen. Entre las que pedían su mano, una mujer ataviada con una corona logró darle un beso en la mejilla.
«Ha sido fantástico», dijo Harry sobre su estancia en Australia. «Es muy bueno tener la oportunidad de hablar con los miembros del público.
El capitán Enrique de Gales, como es conocido en el ejército británico, pasó cuatro semanas con varias unidades y regimientos del ejército australiano en las ciudades de Sydney, Darwin y Perth. Participó en entrenamientos con simulación de vuelo, aprendió técnicas de supervivencia en la jungla, visitó una comunidad aborigen y jugó al futbol australiano en silla de ruedas con soldados heridos.
Más tarde el jueves se espera que Enrique visite a un soldado británico que perdió ambas piernas durante una patrulla en Afganistán en 2011. El teniente Ali Spearing viajó de Gran Bretaña a Sydney donde los médicos emplearon un nuevo procedimiento para colocarle prótesis en las piernas.
El príncipe, que fue destinado dos veces a Afganistán, es ahora el quinto en la línea de sucesión al trono británico tras el nacimiento de su sobrina, la princesa Carlota, la semana pasada. Antes de regresar a su país, realizará una visita de una semana a Nueva Zelanda.
Fuente: DC| Panorama