Desde hace un mes la escasez de leche maternizada ha sido casi absoluta. El que realice un recorrido por los anaqueles de las farmacias zulianas podrá corroborar que no hay ni una lata de fórmula para bebés en ninguna presentación.
Diana Cervera, quien labora en el área, asegura que al menos 100 personas al día acuden al establecimiento para preguntar por la leche, no obstante no tienen información sobre el momento en el que volverá.
En otra farmacia la situación es similar, antes de este mes de inactividad podían vender algunas cajas del alimento; sin embargo, la droguería que solía distribuir el producto asegura que no ha llegado más.
Según una farmaceuta, que prefirió no identificarse, la situación es tan “grave” que no piden el suministro de ningún tipo de leche para evitar conflictos con los clientes al momento de venderla.
María José Soto, madre afectada, expone que el problema la lleva a tomar previsiones con mucha anticipación. “En enero la leche que usaba no apareció más y tuve que comprar varias marcas para probar cuál le cae bien. Ya se me están acabando y no sé qué voy a hacer”.
Medidas
Lo cierto es que los padres, ante esta problemática, se ven obligados a tomar medidas que no son las adecuadas para el correcto crecimiento del bebé. Según la pediatra Mariela Hidalgo, lo ideal es ofrecerle al niño menor de seis meses una alimentación exclusiva de leche maternizada. No obstante, la fórmula se presenta como alternativa para las madres que poseen problemas para amamantar, pues contiene elementos como calcio, taurina, aminoácidos y nucleótidos, que son importantes para el desarrollo neurológico del bebé.
Ante el desabastecimiento, una opción es la “media dilución” de leche completa. “Si ocho onzas se preparan con cuatro cucharas de leche, se prepararía con dos, esto disminuye el impacto intestinal”, explica Hidalgo. Esta solución debe ser acompañada de suplementos vitamínicos como complejo B, vitamina A, C y D, ácido fólico y calcio.
No obstante, utilizar leche completa diluida puede tener repercusiones para el bebé; si el niño es intolerante a la lactosa puede ocasionarle ciertas repercusiones: “Ahorita estamos viendo muchas diarreas y cuadros de alergias porque los padres, en su desesperación a bebés menores de un año les dan leche completa”, acota la pediatra. Por esta razón, otra alternativa es utilizar leche de soya o leche de cabra, que es hipoalargénica.
Hidalgo manifiesta también que algunas personas de bajos recursos que no pueden costear la fórmula optan por preparaciones utilizando plátano y fideos, agregando a veces frutas como guayaba. Sin embargo, esta es una solución errónea puesto que los menores de seis meses no deberían consumir alimentos distintos a la leche porque su aparato digestivo no está preparado todavía para digerirlos.
Fuente: DC| LV