Aldo Darío Herchhoren es un argentino de tiene 77 años. Por mucho tiempo, se presentaba en España como cónsul de la República de Guinea Bissau en Madrid. Se trataba de una más de las estafas por la que la policía lo buscaba hace años. Finalmente, esta semana fue detenido en la operación «Aldo» por la Guardia Civil de la Comandancia de Guadalajara, que lo acusó por los delitos de usurpación de funciones públicas y falsedad documental.
La investigación sobre el ciudadano argentino, llevada a cabo por agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Guadalajara a partir de una denuncia del Embajador de Guinea Bissau en España, descubrió que Herchhoren se anunciaba en Internet como cónsul honorario del país africano y afirmaba que la «sede consular» era su propia casa, donde atendía a ciudadanos guineanos a cambio de una compensación económica, informó el diario español ABC. En rigor, no hay consulado de Guinea Bissau en Madrid.
Herchhoren, que no es reconocido como cónsul en la Unidad Instructora de Embajadores de la Cancillería española, fue incluso ponente en varias charlas académicas, a las que fue convocado como «cónsul honorario».
Además, en un allanamiento a su casa el pasado lunes, se encontraron sellos del Consulado, tarjetas de visita, documentación con el membrete del Consulado y varios pasaportes de clientes que habían acudido al «cónsul» para realizar alguna gestión. En su membrete describía que además de cónsul, era «ex juez de Instrucción y ex catedrático de la Universidad de Buenos Aires».
«Aldo Dario Herchhoren se presenta, además de como cónsul honorífico de Guinea Bissau, también como abogado y doctor, aunque fue expulsado del Colegio de Abogados de Madrid en 1998 por más de una decena de quejas», menciona el diario ABC.
Después del allanamiento, el hombre fue detenido. El Juzgado de Instrucción número 3 en funciones de guardia de Guadalajara lleva la instrucción del caso.
Antecedentes
Herchhoren tiene un tupido prontuario penal por estafas. En 1992, le hizo creer a un cliente que le reducirían una larga condena en prisión si le entregaba dos millones de pesetas para sobornar a un magistrado. El preso le dio el dinero, pero la reducción de la pena nunca llegó. Herchhoren fue condenado a un año de prisión, pero nunca la cumplió.
En 1994, le pidió a una mujer pendiente de extradición diez millones de pesetas para sobornar a un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores y evitar la deportación. La presa le dio el dinero, pero luego comenzó a sospechar cuando no surtió efecto. Por este delito, Herchhoren era buscado desde 2000 para que cumpliera una condena de tres años de prisión.
Fuente: DC| LN