La farmacia de West Miami se llamaba E-Z Pharmacy, sin embargo, un mejor nombre habría sido “E-Z Money”.
Los ex propietarios —Eklis Almanza y su esposo Juan E. Díaz González— se apropiaron de $4.8 millones del programa del Medicare presentando del 2008 al 2014 falsas reclamaciones de medicinas con recetas que ninguno de sus clientes nunca necesitaron ni recibieron, según fiscales federales.
Almanza, su esposo y otro socio, Andrés F. Rojas, “falsamente” afirmaban que los medicamentos eran “necesarios desde el punto de vista médico, recetados por un médico y luego entregados a beneficiarios del Medicare por la farmacia E-Z”, según se señala en el encausamiento.
El matrimonio se encuentra entre unas 80 personas acusadas esta semana en una corte federal de Miami por estafar al Medicare, entre ellas docenas de imputados de estafar a la Parte D del programa que tiene que ver con medicinas con recetas y que se creó hace una década bajo el gobierno de Bush.
Los arrestos de Miami —efectuados por escuadras de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y del Departamento de Salud y Servicios Humanos— forman parte del operativo nacional para atrapar a cerca de 200 delincuentes vinculados a estafas al Medicare en estados de todo el país, llegando hasta a Alaska. El Departamento de Justicia y la Oficina de la Fiscalía Estatal en Miami tienen planeado celebrar ruedas de prensa paralelas el jueves para dar a conocer los últimos arrestos por estafar al Medicare, que sigue estando lleno de miles de millones de dólares en pérdidas por este tipo de robos todos los años.
Desde su creación en el 2006, la Parte D del Medicare ha ganado gran popularidad porque entrega medicinas con recetas a decenas de millones de ancianos y deshabilitados, quienes las compran en farmacias a las cuales les paga aseguradoras privadas que financia el Medicare. Sin embargo, las predicciones de estafas potenciales han demostrado ser ciertas, ya que numerosas farmacias presentan recetas falsas por distintos tipos de fármacos.
En varios de los más recientes casos criminales descubiertos en Miami, los dueños de farmacias le pagaron sobornos a los pacientes y a los reclutadores de pacientes para de este modo generar un flujo estable de números de Medicare que se usan para estafar al programa. Esto ha estado ocurriendo desde hace mucho tiempo en el sur de la Florida, donde los dueños de farmacias han reportado servicios por equipos médicos, terapia de infusión de VIH, cuidados de salud para diabéticos, sesiones de salud mental y, últimamente, medicinas con recetas de la Parte D.
“Por lo general las aseguradoras cubren incluso las reclamaciones sospechosas antes de investigar’’, dijo el portal de internet ProPublica, una organización de noticias investigativas. “En comparación, estas mismas aseguradoras tienen más tiempo para revisar reclamaciones cuestionables para pacientes en sus planes que no tienen el Medicare”.
Fuente: DC| ENH