En 2013, una red social poco conocida llamada Snapchat (descartada por varios como una herramienta de ‘sexting’ para adolescentes) rechazó una oferta de compra por 3.000 millones de dólares de Facebook, el gigante de las redes sociales.
Cuando salió a la luz la historia del trato no realizado, muchos conocedores de tecnología no podían creer cómo los jóvenes fundadores de Snapchat podían haber rechazado la oferta.
Dos años después, parece que Snapchat rió al último. La red social efímera de cuatro años se ha convertido desde entonces en un favorito del mundo de la tecnología, valorada actualmente en 15.000 millones de dólares después de haber reunido un total de 848 millones de dólares tras siete rondas de financiamiento.
Esto convierte a Snapchat en la cuarta mejor empresa sostenida por el sector privado en el mundo. Mientras tanto, su cofundador y presidente ejecutivo de 24 años, Evan Spiegel vale según los reportes 1.500 millones de dólares.
Pero para muchos escépticos, queda una cuestión clave en el aire. ¿Cómo puede una red social efímera –en la que la gente envía imágenes y videos que desaparecen para siempre unos segundos después de ser vistos– valer miles de millones de dólares?
Aquí hay tres razones detrás de la enorme valuación de Snapchat y una prueba sobre cómo continuará con su rápido crecimiento:
Desde el principio, Snapchat se propuso funcionar de una forma distinta, una que sea menos sobre crear y proyectar una imagen refinada de sí mismo (como en Facebook) y más enfocada a divertirse.
Los usuarios de la aplicación mandan ‘snaps’ (fotos o clips de video) a uno o más amigos al mismo tiempo o transmiten ‘historias’ (actualizaciones más largas con una vida de 24 horas).
Dado que todos los snaps (de acuerdo con Snapchat) desaparecen para siempre después de ser vistos, los usuarios son libres de ser espontáneos –como en la vida real– sin miedo a dejar un rastro digital que los acechará por años.
Al mismo tiempo, con poco o nada de filtro o edición, las actualizaciones que suben los usuarios son sin procesar o editar, haciéndolo inherentemente más auténtico.
Finalmente, a diferencia de otras grandes redes sociales, en Snapchat no hay forma de decir qué te gusta, ni comentar o compartir estas actualizaciones. El punto de la red social no es ganar popularidad virtual ni reunir la mayor cantidad de seguidores. Los usuarios publican libremente (sí, a veces con demasiada libertad) pues saben que no van a ser derribados o victimizados por los ‘trolls’ que plagan las demás redes sociales. Y también pueden estar razonablemente seguros que sus actualizaciones más recientes no caerán en las manos de mamá y papá ( o de sus abuelos, si es el caso).
El mes pasado, 40 millones de personas sintonizaron para ver una transmisión en vivo del festival de música Coachella en Snapchat. (El stream consistió en un montaje corto de videos tomados en el evento por los usuarios que luego fue curado y transmitido por el personal de Snapchat a través de la aplicación) Compáralo con los premios Grammy de enero pasado, que obtuvo una audiencia de televisión de sólo 24,8 millones de espectadores.
Estas cifras muestran una tendencia mayor: los canales tradicionales de televisión han perdido popularidad entre las generaciones más jóvenes. Un sondeo realizado recientemente por Deloitte mostró que los llamados ‘Millenials’ de entre 14 y 25 años ahora acuden a la televisión y redes sociales por igual como fuentes de información
Si el éxito de las transmisiones en vivo de Snapchat son un indicador, la empresa está lista para convertirse en un elemento importante como proveedor de contenidos. O quizá ya lo es. A principios de este año, Snapchat lanzó una nueva característica llamada Discover, en conjunto con una mezcla de editoriales notables, incluyendo a CNN, Yahoo, VICE, National Geographic y más.
Discover consiste en diferentes “canales” de contenido donde cada editor publica una selección de historias diariamente. Así los usuarios pueden obtener noticias personalizadas únicamente a ellos, sin necesidad de salirse de la aplicación.
Los populares la usan y los publicistas quieren entrar. La población única de Snapchat es uno de los factores más relevantes detrás de su creciente valor. En primer lugar, está creciendo todo el tiempo. Puede que Snapchat “sólo” tenga 200 millones de usuarios, en comparación con los 1,4 mil millones de Facebook, pero su base de usuarios es la de mayor crecimiento de todas las redes sociales.
Al mismo tiempo, los usuarios de Snapchat son jóvenes –muy jóvenes. La mayoría está entre 13 y 25 años, comparado con los usuarios de Facebook, que están en promedio en sus 40. (En años recientes Facebook ha experimentado un declive constante y público en su número de usuarios adolescentes).
Para las marcas y empresas de medios, que siempre tratando de conectar con los consumidores de mañana, Snapchat ofrece acceso a una población altamente codiciada. Además, una encuesta de Pew mostró que los usuarios más jóvenes de Snapchat provienen de hogares con alto poder adquisitivo.
Snapchat aún no ha conseguido definir una estrategia para conseguir un ingreso particular, (tan sólo el mes pasado la empresa se deshizo de su plataforma de anuncios original, Brand Stories).
Pero considerando el gran empuje detrás de Discover (incluyendo una nueva funcionalidad de “dibuja y comparte” que permite a los usuarios garabatear sobre las noticias) y el éxito de la transmisión de eventos como Coachella, la empresa está cerca de encontrar una forma nueva de monetizar su base de usuarios.
A fin de cuentas Snapchat no está descansando en sus laureles. Y sin duda ya no es una aplicación de sexting. De hecho, el flujo constante de inversiones de los últimos dos años ha abierto las puertas a mayor crecimiento y experimentación hacia el futuro.
Diré que la valuación actual de Snapchat de 15.000 millones de dólares se verá como una ganga en unos años.
Fuente: DC| CNN