A todos las personas les agrada que les brinden atención, real o virtual, pero, cuando esa atención es desmedida o se transforma en acoso, puede ser muy incómodo e inclusive, peligroso. Entonces, ¿cómo protegerte de los curiosos virtuales?
Un stalker es aquel hombre o mujer que espía o “acecha” en la web. El término es amplio y abarca desde conductas inofensivas como mirar de manera insistente perfiles de terceros, hasta inapropiadas como ser invasivo o amenazador en dichas redes o en los sitios de citas.
Si hablamos de curiosidad virtual, la mayoría de las personas “stalkea” de una forma u otra. ¿Quién no ha “husmeado” en el perfil de su ex, al menos un par de veces para ver qué tal es aquel hombre o mujer por el que hemos sido reemplazados?
Este comportamiento es parte de la naturaleza humana, aunque haya estudios que señalan que no es bueno porque nos apega al pasado y nos deja en estado de frustración.
Cuando el “stalkeo” es inofensivo e imperceptible para el receptor del mismo, no pasa nada; en todo caso, el curioso paga las consecuencias. El problema aparece cuando el acosador virtual genera algún perjuicio, como por ejemplo, asumir la identidad de otra persona, entrometerse en sus publicaciones o interactuar indebidamente con los contactos de ella.
¡Protégete y sé feliz!
Para prevenir la “labor” de un curioso virtual y evitar transformarte en uno involuntariamente, sigue estas sugerencias:
1. Preserva datos íntimos en redes sociales y sitios de citas. Evita postear domicilios, datos bancarios, etc. Cuidado con las fotos de niños. No publiques en la red aquellas cosas que no divulgarías en tu vida normal. Utiliza el sentido común.
2. Aprende a utilizar las configuraciones de las redes sociales y a administrar las publicaciones. Facebook ofrece varias opciones de publicación: para amigos, personalizado, público, etc. No hace falta que todo el mundo vea todo lo que posteas.
3. Cuidado con las etiquetas. No etiquetes compulsivamente en fotos o estados a otras personas. Antes de subir una actualización a un muro ajeno, siempre es mejor preguntarle al receptor si está de acuerdo en ello. Algunas personas no quieren que se sepa que han estado en un lugar o día determinado.
4. Atención con lo que publicas en los muros de otras personas, con lo que twitteas y con lo que dices. En el mundo virtual también aplica el “contar hasta 10”. Al no hacerlo podrías generar todo tipo de consecuencias y malestares a los demás. Piensa antes de hablar y piensa antes de postear.
5. Bloquea a quienes no deseas. Si una persona tiene antecedentes de conductas molestas u obsesivas, bloquéala o repórtala, ya sea en las redes sociales o en los portales de citas.
Es importante diferenciar lo que es una red social de un sitio de citas. Las redes son comunidades virtuales en las que los usuarios registrados interactúan con otros usuarios con los que tienen afinidad o vínculos en común.
Los sitios de citas son portales en las que las personas buscan parejas por afinidades. Funcionan con algoritmos de coincidencia y sistemas de filtros de búsqueda. A diferencia de las redes sociales, quienes se registran en un portal de encuentros lo hacen con la finalidad específica de buscar pareja.
DC – Agencias – Foto: Agencias