Además de ayudar a preparar la comida las ondas de estos aparatos tienen otros usos no tan conocidos que pueden facilitar la vida.
1. Cortar cebolla sin llorar
Introducir la cebolla, con los extremos cortados, durante 30 segundos en el microondas a máxima potencia evitará que los ojos lloren al cortarlas.
Al cortar las cebollas con un cuchillo se rompen las células que contienen azufre de esta hortaliza. Estas a su vez reaccionan con la humedad de los ojos generando ácido sulfúrico que produce la sensación de quemazón en los ojos. Con el truco del microondas se evitará este proceso.
2. Despegar sellos
Si quieres despegar el sello que has pegado en una carta, solo tienes humedecerlo con un poco de agua. Después, introduce la carta en el microondas y caliéntala durante 20 segundos. Haciendo esto el sello se despegará fácilmente.
3. Alargar la vida de la máscara de pestañas
Si el tubo de la máscara se secó pero aún tiene contenido, se puede recuperar de una forma sencilla. Simplemente habría que introducir el tubo, junto con un vaso de agua, y calentarlo durante 30 ó 40 segundos. Cuando pase este tiempo el contenido volverá a estar fluido como al principio.
4. Desinfectar estropajos y esponjas
Solo debes introducir los estropajos y las esponjas de baño en el microondas durante varios minutos a máxima potencia. Las bacterias morirán por las altas temperaturas.
5. Aprovechar el limón
Si quieres aprovechar hasta la última gota del jugo del limón, solo hay meterlo durante 10-20 segundos con el microondas a su máxima potencia. Esto ayudará a que se desprenda más fácilmente de la piel y al exprimirlo se obtendrá más zumo.
6. Limpiar la tabla de cortar
Además de esponjas y estropajos, también se puede desinfectar la tabla de cortar en el microondas. Para ello hay que lavarla, restregarla con un limón e introducirla en el microondas. En un minuto estará lista.
7. Esterilizar frascos de conservas
El procedimiento para esterilizar los frascos en el microondas no lleva mucho tiempo. Solo hay que quitar las tapas a los frascos y llenarlos con dos dedos de agua antes de introducirlos en el horno. Después hay que esperar a que el agua hierva, lo que serán, aproximadamente, dos minutos, y con esto ya estaría.
8. Comprobar que una taza es apta para el microondas
No toda la vajilla lo es. Una manera sencilla de saberlo es poniendo sobre el plato giratorio el recipiente a comprobar vacío y junto a éste un vaso de agua que se calentará a máxima potencia durante un minuto.
Al cabo de ese tiempo, si el recipiente es apto para microondas, debe estar frío y el agua del vaso caliente. Si el recipiente está caliente, quiere decir que absorbe microondas y, por tanto, no es apto para ser usado en este tipo de hornos.
La razón es por la que tiene que haber un vaso de agua, es porque si el recipiente fuera permeable a las microondas del horno, el aparato se podría estropear al no tener ningún elemento que absorbiera las ondas de radio de alta frecuencia que está emitiendo.
Fuente: DC|ABC.es