Leopoldo López es sin duda uno de los presos políticos de mayor relevancia del mundo junto con el burundi Pierre Claver Mbonimpa, el líder egipcio Ahmed Maher, el activista chino Liu Xiabo, el padre Ly, el camerunés Eric Lembembe, la rusa Natalia Estemirova y muchos otros perseguidos por regímenes dictatoriales, sólo por pensar diferente.
Su liderazgo es reconocido mundialmente, el impacto de su crecimiento y ser una voz resonante en contra del Gobierno es una molestia latente para el régimen de Maduro. Por eso el ensañamiento, por eso la persecución, por eso su injusto encarcelamiento y el parcializado proceso, con pruebas adulteradas y testimonios fraudulentos, impidiendo, incluso, la presentación de testigos de la defensa.
Pero aún así detrás de rejas, víctima de intentos de vejaciones, con evidentes muestras de persecución jurídica, policial y con un aparato estatal dirigido a silenciarlo, Leopoldo ha podido mantenerse firme en sus ideales para seguir moviendo el piso político del país, reorganizar las protestas de calle pacíficas y lo más contundente: presionar al régimen.
30 días de huelga de hambre del líder de Voluntad Popular, junto a Daniel Ceballos, estudiantes y demás dirigentes de nuestro partido, fueron suficientes para que la exigencia que desde hace meses viene haciendo el país de que el CNE se pronunciara por la fecha de las elecciones por fin se concretara: 6 de diciembre.
La exigencia no podía ser más democrática, pacífica, pertinente y justa. Lo que en otros países democráticos es un hecho sin mayor relevancia (fechas, participación de veedores, cese de persecución), un «parto natural», aquí en Venezuela tiene provenir de una cesárea dolorosa y sufrida.
Desde su prisión, Leopoldo lo dijo a través de una carta el pasado martes: «Los días han sido lentos y pesados pero alimentados por la convicción de lo justo de las razones que nos llevaron a asumir esta protesta». Fueron 30 días de una huelga de hambre que impactó en la salud de nuestro líder, pero en los cuales no se doblegó su espíritu. El fruto de los sacrificios que junto a él vivieron varios luchadores son evidentes.
Aunque son contundentes los avances que hemos conseguido con la presión contra el régimen madurista, el esfuerzo no es suficiente aún. Quedan muchas metas por lograr y en eso no retrocederemos en nuestro empeño, pues no estamos satisfechos sólo con que se haya pronunciado el CNE sobre los comicios a la Asamblea Nacional.
Es importante que tengamos ya la fecha para el cambio y los pronunciamientos de UNASUR, la OEA y la Unión Europea sobre su intención de participar como observadores durante el proceso electoral, pues son también un logro que reivindicar y una de las petitorias que hicimos. También seguiremos exigiendo el cese del hostigamiento contra quienes piensen diferente y la libertad de todos los presos políticos y el retorno de los exiliados.
Hago mías las palabras de Leopoldo López en la carta del martes: «A ustedes, hermanos y hermanas, les pido con la mano en el corazón que asumamos con humildad los logros obtenidos en esta protesta y que juntos todos levantemos la huelga de hambre. Como nuestro pueblo nos ha dicho: los necesitamos sanos, llenos de vida para lograr la paz y la libertad para todos los venezolanos. Asumimos esta protesta no para morir sino para que todos los venezolanos podamos vivir dignamente. La huelga de hambre es un método de lucha. Levantamos la huelga, pero la lucha continúa y además estoy convencido de que la Unidad y todas las fuerzas democráticas están más preparadas que nunca para dar esta batalla». Que así sea Leopoldo.
Quedamos pendientes y esperanzados en que cumpla su compromiso la Defensoría del Pueblo, Fiscalía y Tribunal Supremo de Justicia de solicitar la pronta liberación de quienes se encuentran injustamente presos en especial a aquellos más afectados en su salud.
DC / Lester Toledo / Diputado CLEZ / @LesterToledo