Salir a correr y a hacer ejercicio por la calle no es tan simple como parece. Puedes pensar que solo debes comprarte un par de zapatillas deportivas y empezar a trotar sin problemas. Pues no es así.
Para empezar a correr hay que tener en cuenta muchas cosas. Es importante hacerte un chequeo médico para medir tu físico y saber hasta qué punto puedes llegar, así como contar con una adecuada hidratación.
Dejar de estirar. Uno de los errores más comunes es empezar a correr sin estirar previamente. Es muy importante que tus músculos calienten y se preparen para cualquier tipo de ejercicio. Así, eliminarás el estrés y la tensión acumulada.
Ponerte muchas cosas encima. No es lo adecuado que te coloques mucha ropa para así correr y sudar más. Debes saber que sudar no es lo mismo que quemar calorías. Busca una ropa cómoda y adecuada para el clima.
Querer correr una maratón de manera inmediata. Si llevas un par de semanas saliendo a correr, no creas que estás lista para cualquier tipo de reto. Para correr una distancia muy larga tu cuerpo debe ir preparándose poco a poco. Plantéate metas y realízalas de a pocos.
Correr después de comer. No es bueno hacer ejercicio después de comer porque interrumpes la digestión. Además, puedes empezar a sentirte mal por el esfuerzo que realizas. Lo ideal es esperar dos horas antes de realizar ejercicios.
Correr con cualquier calzado. Tus zapatillas pueden ser bonitas pero eso no quiere decir que sean ideales para correr. Debes buscar un calzado deportivo que te acomode a la perfección y que no te cause dolores o ampollas.
Pensar que ya sabes correr perfectamente. No creas que porque de niña corriste en el parque jugando con tus amigas, ya sabes la manera de correr. Debes saber que tu cuerpo debe llevar una postura correcta. Tus brazos deben ir sueltos y formar así un ángulo recto con tus codos.
Fuente: DC| GDA