¿Cuando recorres los pasillos del supermercado te tomas un tiempo para escoger el producto de la marca que sea más baja en grasa?
Y después, ya en casa, al abrir la nevera y sacar el aderezo para la ensalada, no tienes ningún cargo de conciencia al esparcirlo con generosidad, justamente porque es bajo en grasa, así que no hay ningún problema.
Pero, ¿tienes la certeza de que eso es así?
Expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, el Instituto Culinario de Estados Unidos y la publicación médica WebMD aclaran algunos aspectos que no siempre se toman en consideración con respecto a este tipo de alimentos.
Bajo en grasa no quiere decir saludable
La comida que se vende como baja en grasa o libre de esa sustancia, suele tener en su composición mayores cantidades de sal, azúcar y almidónque los mismos productos que tienen los componentes regulares.
Esto ocurre porque, cuando la grasa del producto se reduce, también se pierde parte del sabor. Por esta razón, y para compensar, se añaden otras sustancias como sal y azúcar.
Es por eso que una menor cantidad de grasa no implica que el producto sea más saludable.
Una dieta con más alimentos bajos en grasa no es más efectiva
Estudios clínicos han demostrado que seguir un régimen alimenticio con estas características no facilita deshacerse de esos kilos adicionales que nos torturan o mantenerse después de haberlos perdido.
De hecho, algunas de esas investigaciones revelan que quienes realizan una dieta incluyendo una cantidad de grasa moderada o incluso elevada pierden tanto peso -o en ocasiones más- que quienes recurren a dietas bajas en grasa.
También vale la pena considerar que este tipo de régimen, de hecho, puede aumentar los triglicéridosy disminuir el colesterol bueno.
Consumir productos bajos en grasa no te hará perder kilos de más
Lo que cuenta en lo que respecta al aumento de peso son las calorías, no el grupo al que pertenecen los alimentos.
Así que no importa si se comen o se toman productos bajos en grasa, pueden incrementar tu peso tanto como los carbohidratos o las proteínas si se excede el número de calorías recomendadas.
Por ejemplo, las bebidas dulces -como limonadas, sodas o cualquier otra con edulcorante- no tienen nada de grasa y, sin embargo, contribuyen significativamente al sobrepeso.
En vez de pensar en comer bajo en grasa, puedes enfocarte en «buena grasa»
Con respecto a este punto, el tipo de grasa que se ingiera puede ser más importante que la cantidad.
Las que pueden consumirse sin mayor problema son las no saturadas, que contribuyen a disminuir el colesterol malo en la sangre y a incrementar el bueno.
A este grupo pertenecen alimentos como el atún, las sardinas, el salmón, los frutos secos, el aceite de oliva y algunos vegetales, como el aguacate.
DC | BBC Mundo