Desde hace cinco meses Elia Medina, habitante del barrio Alberto Carnevalli, se las ingenia para cocinar. Una falla en el servicio de gas la tiene padeciendo a ella y a numerosas familias del sector, ubicado en la parroquia Raúl Leoni de Maracaibo.
Desde cocinar con carbones hasta comprar bombonas se ha hecho un hábito en la comunidad desde que dejaron de recibir el suministro por la red de la ciudad.
Pero no son los únicos, en el sector Monte Santo, de la misma parroquia, también tienen numerosos reportes ante el Servicio Autónomo para el Suministro de Gas (Sagas) ente municipal encargado del mantenimiento y prestación del servicio, por tener seis meses sin el combustible para uso doméstico.
Igual les pasa a los vecinos de las avenidas 7 y 8 del sector 18 de Octubre. Y en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante, todos los sectores adyacentes a donde se realizan los trabajos de la circunvalación 3 como La Chamarreta, Piedras del Sol, Bolívar, Altos de La Vanega, entre otros están afectados por la merma en el suministro.
El jefe de operaciones del Sagas, Luis Ferrer, confirma las fallas en el servicio y alega que hasta el 13 de marzo más de 200 comunidades habían denunciado algún problema con el suministro.
“Después de esta fecha la gerencia no nos volvió a entregar los reportes. Tampoco tenemos cómo resolverlas porque los 27 obreros encargados de reparar las fugas y hacer mantenimiento a la red fueron despedidos. La inspectoría ordenó su reenganche, pero no se cumplió; el personal está cumpliendo horario en el cuarto piso de la Alcaldía de Maracaibo”, sostuvo Ferrer.
Elia desconoce los conflictos laborales que el Sagas no ha resuelto, solo sabe que desde hace seis meses no ha podido poner una olla en la cocina. “Todo este tiempo he venido cocinando con carbones. Una hija me trajo una cocinita eléctrica de una hornilla, pero el recibo de luz se me disparó ese mes y decidí guardarla”, reflexiona la vecina del Alberto Carnevalli.
A Chiquinquirá Machado la falta de gas le ha perjudicado su negocio de tortas y pasapalos. “He tenido que instalarle una bombona a la cocina para poder cumplir con mis clientes y mantener mis ganacias”, resaltó.
Para Ferrer este tipo de problemas desencadenan en situaciones altamente peligrosas además de contabilizar más de 300 fugas en la red, estamos en presencia de instalaciones improvisadas e inadecuadas.
“Es un grave peligro porque las bombonas de gas no tienen la misma presión del gas doméstico por tubería. Una instalación inadecuada puede causar una fuga porque la bombona tiene tres veces más presión”, explicó que el gerente de operaciones.
Agregó: “El servicio ha mermado porque no tenemos las cuadrillas en las calles que hagan el mantenimiento correctivo donde se presenten las fugas y, como el gas es más volátil que el aire, no nos permite mantener la hermeticidad en la red. Tenemos solo dos camiones y dos compresores y están encerrados en los talleres”.
Según Ferrer, con cuatro cuadrillas se estarían reparando unas 25 fugas por día en promedio, eso multiplicado por los 20 días que laboran al mes se reparan unas 300 fugas mensuales.
“La red de gas de Maracaibo se ha convertido en una colador generando que el combustible se vaya a la atmósfera y cada vez llegue menos presión a los hogares de las parroquias marabinas”.
De acuerdo con su experiencia en el área, Ferrer afirmó que efectivamente Pdvsa ha disminuido el caudal de gas que envía a la estación principal La Sibucara, al oeste de la ciudad. “De 60 libras de presión están enviando solo 30, es decir, la mitad. Pero sería una irresponsabilidad enviar más cuando por la red se va gran parte del gas a través de las fugas”.
Mientras se hacen las reparaciones pertinentes, Elia eleva la queja en nombre de sus vecinos, esperando volver a contar con el servicio que paga todo el año a la municipalidad y no lo han disfrutado en lo que va de 2015.
En varias oportunidades se intentó obtener la respuesta de la directora del Sagas, Victoria Rosales, pero la comunicación —vía telefónica— fue infructuosa.
Fuente: DC|Panorama