La inauguración de los techos de la Basílica Nuestra Señora de Chiquiquirá fue un espectáculo que maravilló a los marianos. Bajo una luna resplandeciente, la noche del martes, más de un centenar de marabinos miró al cielo y aplaudió la obra “Bituplast cubre con su manto a la Chinita”, que significó la impermeabilización y recuperación de 1.600 metros cuadrados de superficie.
Los actos comenzaron a las 6:00 pm con una misa de acción de gracias, presidida por monseñor Ángel Caraballo, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Maracaibo, quien en la homilía recordó la importancia del agradecimiento. “La gratitud nos hace simpáticos ante Dios —expresó—. El que agradece recibe otros dones, los invito a tener siempre en su boca un gracias, una palabra breve pero que causa alegría (…). Como Iglesia marabina queremos agradecer a Bituplast y a todas las personas que hicieron posible la impermeabilización de los techos de esta Basílica. Les ennoblece este gesto, manifiesta que ustedes son creyentes, que reconocen a Dios como fuente de todos los dones y beneficios, porque lo que ustedes han conseguido gracias a su trabajo también lo han conseguido gracias a la ayuda, la inteligencia y la salud que el Señor les ha dado (…). Este gesto es una manifestación de gratitud a Dios porque no se trata de cualquier casa, se trata de la casa de Dios, de la Santísima Virgen, Nuestra Señora de Chiquinquirá”.
Trabajadores de Bituplast y la empresa Oteca, compañía encargada de colocar el manto asfáltico, y feligreses que asistían a la tradicional misa de la tarde, colmaron la Morada de la Chinita y, tras finalizar el acto litúrgico, caminaron hasta el estacionamiento lateral para la fiesta de inauguración.
El párroco de la Basilíca, Eleuterio Cueva, en compañía de los directivos de Bituplast y de Impermeabilizadora Oteca, compartió detalles de cómo, en el transcurso de 14 años como administrador del templo, las épocas de lluvia resultaban un suplicio y cómo cada gotera ponía a correr al personal para proteger los tesoros del interior.
“¡Qué increíble!”, “¡Qué bonito se ve esto!”, “¡Con que eso era lo que estaban haciendo allá’rriba!”, se escuchó entre el público, admirado por el video documental que retrató los trabajos que, durante 40 días hábiles, se realizaron en la cúspide del recinto mariano, casa de la Patrona del Zulia y Monumento Histórico Nacional, decretado en 1960.
Más de 20 toneladas de peso de viejas impermeabilizaciones (o paños de agua caliente, como expresó Cueva) se retiraron de la superficie antes de aplicar el nuevo producto protector.
Minutos después, fue proyectado el cortometraje Manto (nombre alusivo a la capa de la Virgen), un trabajo audiovisual de arte contemporáneo, dirigido por Ramón Castillo. Fueron seis minutos de música con los techos del templo como escenario artístico, sobre el cual desplegaron su talento zulianos como el flautista Huáscar Barradas, la cantautora Mirem de Ondiz, miembros de la compañía de danza contemporánea Taller del Movimiento, el artista corporal Neiro Pirela, los percusionistas Juan Luis y Juan Pablo Martínez (hijos del cultor Juan de Dios Martínez) y el artista plástico Luis “Pollo” Gómez Rincón.
Al finalizar la proyección, un juego de luces y fuegos artificiales hicieron resplandecer los techos y, con las imágenes en vivo de un dron recorriendo el cielo, el público disfrutó un momento inédito que la cantante Ángela Uzcátegui hizo memorable con su voz y su flauta al ritmo de “Maracaibo en la noche”.
Fuente: DC|Panorama