Osmel Sousa no quiere que se le pregunte acerca de la polémica generada por el magnate y ahora candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump. Pero acepta conversar sobre el Miss Venezuela Mundo, que se realizará mañana. En los ensayos el presidente de la Organización Miss Venezuela se muestra optimista con las candidatas y cree que la sucesora de Debora Menicucci será una competidora fuerte en Miss Mundo.
Sí, el año pasado no fue el mejor para las venezolanas en los certámenes de bellezas internacionales, pero a él nadie le quita «lo baila’o», dice.
–¿Cómo ve a las chicas? ¿Este año respetará la decisión del jurado?
-Sí, este año respetaré la decisión del jurado (risas). Son muchachas que tienen mucho talento y mucho de aquí -se señala la cabeza-. Están muy bien todas. Las escogimos minuciosamente, se saben expresar muy bien. Tienen las cualidades que buscan en Miss Mundo. Unas son más bonitas que otras, pero hay un equilibrio, porque quizás las menos bonitas son las que mejor hablan. Hay unas con unas historias muy fuertes que también pueden impactar en Londres.
–Después de asistir al primer ensayo, ¿qué opina?
-Todavía les falta, están apenas empezando. Ellas se quedarán hoy (ayer) hasta muy tarde ensayando. Imagino que mañana va a estar todo más limpio, sobre todo la coreografía, porque hoy están un poquito descontroladas. Falta un jaloncito de orejas, pues deben mostrarse con mucha más energía.
–¿Le molestó la petición de Miss Mundo de eliminar el desfile en traje de baño?
-Ellos insisten más en el propósito que en la belleza, por lo que no es importante el traje de baño. Habrá, sin embargo, un desfile de piernas, que es un show en el que las chicas tendrán detalles que le cuelgan bajo una prenda que no es propiamente un traje de baño.
–El año pasado las venezolanas no lograron buenos puestos en el exterior. ¿Cuál es su lectura al respecto?
-Migbelis Castellanos quedó entre las diez finalistas del Miss Universo, y eso es un logro. Malo hubiese sido no quedar en nada. Debora Menicucci no tuvo suerte en Miss Mundo, pero ella iba bien preparada, se veía bien en el escenario, y destacaba dentro del centenar de participantes. Pero nunca se sabe lo que va a pasar afuera. En Miss International la grasa se desbordó -no la menciona, pero la concursante fue Michelle Bertolini-. El 2014 fue el año de la grasa (risas).
–¿Usted no ha perdido cualidades entonces? ¿Sigue siendo el «Zar de la belleza»?
-Bueno, ese título me lo pusieron ustedes (los periodistas). Yo no me siento zar (risas). He mandado muchachas buenas que no quedan, y otras que sí. No podemos ganar todos los años. Y si no ganan nada, dan guerra. Cuando vas a esos concursos y preguntas a los asistentes siempre mencionan a Venezuela entre las finalistas.
-¿Por qué el Miss Venezuela sigue siendo tan importante en un país en crisis?
-Porque es un fenómeno social muy importante que sucede desde hace 60 años, igual que en Colombia. Son los dos países en donde yo veo ese apasionamiento por las misses. Cuando hay mal momento, el ratico del certamen es refrescante. Y en los buenos momentos, forma parte del éxito del país.
–¿Qué dice de la miss Venezuela Mariana Jiménez?
-Está perfecta de cuerpo. Estamos trabajando en la oratoria. Va a dar guerra, porque irá preparada. Es disciplinada. Claro, es deportista. Lo que se le dice que debe hacer, lo hace calladita la boca. Estaba pesando 64 kilos y ahora se mantiene en 57, como le dije.
DC – EU